Opinión

Telesur

Cinco megamonopolios privados de la comunicación deciden lo que se ve y se escucha en los medios

 

1 Cinco megamonopolios privados de la comunicación deciden lo que se ve y se escucha en los medios. En cada país, un puñado de magnates actúa como sus agentes y replica sus decisiones y políticas. Para contrapesar esa dictadura mediática, recomendamos insistentemente:

1) la sanción de normas que obliguen a transmitir información veraz, oportuna e imparcial;

2) la creación de organismos que las apliquen;

3) la educación y organización de las audiencias para que decodifiquen los mensajes de los monopolios y hagan valer sus derechos ante ellos;

4) la creación de medios libres, alternativos y comunitarios; y

5) la instalación de emisoras de servicio público.

 

A ello corresponde la creación de la Nueva Televisora del Sur (Telesur) a mediados de 2005. La situación de Venezuela lo exigía. En el país funcionaban un centenar de periódicos, otro centenar de televisoras y más del millar de radiodifusoras privadas, todas voceros del empresariado que frenéticamente instaban al derrocamiento del gobierno electo. El de abril de 2002 fue un golpe mediático: las emisoras privadas con su tecnología superior incomunicaron al gobierno, difundieron la falsa noticia de la renuncia del Presidente y ocultaron con un apagón comunicacional la marejada popular que lo restituyó en su cargo. Un lavado de cerebro mediático acompañó al cierre patronal y al sabotaje petrolero que arrancó en diciembre de ese año: durante dos meses y medio, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, todas las radios y televisoras privadas cambiaron sus programas ordinarios por un continuo llamado a derrocar al gobierno legítimo.

Este contaba solo con una televisora y una radio, sin alcance nacional. Con el apoyo del pueblo resistió hasta que el paro patronal se disolvió por si mismo. El bolivarianismo no podía esperar otro asalto desarmado. Repotenció Radio Nacional y Venezolana de Televisión, inició una política de creación de emisoras de servicio público y también alternativas, libre y comunitarias, e inauguró Telesur.

En el primer Encuentro Internacional de Intelectuales con la Revolución Bolivariana, propusimos una televisora con alcance latinoamericano. Evité que el proyecto se desviara hacia un ente absolutamente autónomo, independiente y por encima de los gobiernos. El 24 de julio de 2005, en el 244° aniversario del nacimiento de Bolívar, Hugo Chávez Frías lo hizo realidad, y convocó un consejo de asesores del cual formaban parte Ignacio Ramonet, Danny Glover, Eduardo Galeano, Adolfo Pérez Esquivel, Tarek Alí, Chiqui Vicioso, el promotor del software libre Richard Stallman, Aram Aharonian y quien suscribe. Así arrancó Telesur con cuatro horas diarias de programación, para fortalecer el proyecto de integración latinoamericana del Libertador.

Posteriormente, Telesur es difundida por cuatro canales UHF en Venezuela, cinco en Ecuador, 13 canales de satélite y una docena de cable. A veces llega a través de operadoras transnacionales por suscripción. Contribuyen a su financiamiento Argentina, con 20%; Bolivia, con 5%; Cuba, con 19%; Ecuador, con 10%; Nicaragua, con 10%; Uruguay, con 10%; y Venezuela, con un decisivo 51%.

En 10 años, Telesur acumula aciertos, como la diversa extracción regional de sus presentadores y anclas, que nos acostumbra a la maravillosa variedad de acentos y de rasgos latinoamericana y caribeña. Se anota goles como el desmontaje de la acusación de que Kadafi habría bombardeado manifestantes. Resiente persecuciones, como la detención en Colombia de su corresponsal Freddy Muñoz Altamiranda. Incurre en fallas, como la de imitar a CNN con pantallas abigarradas de logos, cintillos e inserciones que impiden percibir lo que se transmite. Pero sigue siendo por encima de todo la vocería del gran proyecto de integración de Nuestra América, que paso tras paso vamos viendo realizado.

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