Opinión

Suicidio esequibo

La derecha mediática montó una olla esequiba que se le desbordó en el Cuyuní. Alguno de sus geniales asesores le sopló que si se exacerbaba el decimonónico despojo territorial, el presidente Maduro evadiría el tema en nombre de la integración latinoamericana y caribeña. Instruyeron a la otra derecha, la parlamentaria, para que planteara la controversia en la Asamblea. Así lo hicieron y empezaron a generar grandes titulares patrioteros.

La olla mediática no estaba del todo vacía ni era un condumio estrictamente criollo. El gran chef lo puso el Departamento de Estado y la maniobra la cocinaba a fuego lento la ExxonMobil. La oposición estaba dateada. Una vez que los diputados de la MUD y La Salida prendieran el fogón, entrarían en escena la transnacional y el Gobierno de Guyana. A todas las acusaciones contra el presidente Maduro se le sumarían, adentro, la de “traidor a la patria” y, allende las fronteras, la de “expansionista” y “agresor” de un pequeño país caribeño. 

Montada la olla, el diario de la derecha inició su campaña en primera plana, replicada por los otros medios cómplices, dentro y fuera del país. Sus voceros sobre el tema eran el gobierno de Guyana y la ExxonMobil, con casi o ninguna opinión oficial venezolana. Así se construyen los acontecimientos y se crean las matrices mediáticas. Cuando creyeron que se la estaban comiendo, el presidente Maduro tomó la sartén por el mango, se fue a la Asamblea Nacional y dirigió un discurso magistral al pueblo venezolano.

Medios y oposición huyeron hacia adelante, magnificando las opiniones guyanesas y cubriendo a la ExxonMobil con el manto del silencio y la omisión, sin rozarla para nada. Pero allá afuera estaba y está un pueblo, cuyos sentimientos de patria subestimaron otra vez. La derecha avanzaba directo hacia un suicidio esequibo o, dicho por uno de sus teóricos, hacia un autosuicidio. En una pancada de ahogados, en la Asamblea Nacional votaron el apoyo al presidente Maduro en su firme defensa a la soberanía territorial, cuando casi se los lleva en su crecida el río Esequibo. 

Profesor UCV

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