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Pandemia afecta economías de Latinoamérica mientras Brasil supera 2 millones de casos

El 11 de marzo, una mujer de 57 años de edad se registró en un hospital en Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, enferma de lo que resultaría ser la COVID-19. Al día siguiente murió

Latinoamérica, una de las últimas regiones en ser afectadas por la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), actualmente tiene cuatro países en la lista de los 10 brotes más graves del mundo, incluyendo a Brasil y a México, sus dos principales economías.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que Brasil ocupa la segunda posición, después de Estados Unidos, con más de dos millones de personas que han dado positivo, seguido por Perú, Chile y México, cada uno con más de 300.000 casos de infección.

Se suponía que la ubicación geográfica dio a estos países una ventaja: tiempo para prepararse para la pandemia mientras el virus se propagaba hacia el occidente en el mundo. Pero la desorganización, la desigualdad y la pobreza socavaron su ventaja inicial, lo que condujo a una serie de crisis de salud catastróficas y reveses económicos que requerirán años para ser superados, dicen expertos.

Virus se vuelve viral

El 11 de marzo, una mujer de 57 años de edad se registró en un hospital en Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, enferma de lo que resultaría ser la COVID-19. Al día siguiente murió.

La mujer, cuyo fallecimiento fue el primero documentado de Brasil a causa de la COVID-19, simboliza la manera en que la pandemia se convirtió rápidamente en una crisis nacional con fatales consecuencias.

Cuatro meses después, la enfermedad ha cobrado cerca de 80.000 vidas y ha infectado a más de dos millones de personas, de acuerdo con los datos divulgados por el Ministerio de Salud de Brasil.

La próspera e industrializada costa sudeste de Brasil, donde se ubican Sao Paulo y Río de Janeiro, ha sido el epicentro del brote nacional. Pero el virus se ha propagado ahora a regiones internas más pobres que carecen de los recursos para hacer frente a tal emergencia sanitaria.

Las cifras revelan que la COVID-19 ahora está presente en 96,4 por ciento de todas las municipalidades y no muestra ninguna señal de reducción en Brasil. Entre los infectados está el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien dio positivo el 7 de julio.

Algunos observadores creen que la verdadera escala de la epidemia en Brasil es mucho mayor que lo indicado por las cifras actuales, principalmente debido a tres factores: la falta de reportes desde áreas remotas, la naturaleza de la enfermedad, en la que muchos de los infectados no muestran síntomas, y la falta de pruebas.

El número real de contagios probablemente es "tres o cinco veces mayor", dijo a Xinhua la experta en enfermedades infecciosas, Ana Lucía Reis.

Un análisis serológico (de anticuerpos) de la Universidad Federal de Pelotas, en el estado sureño de Rio Grande do Sul, indica que el número real podría ser hasta seis veces mayor.

Los brotes en Perú y Chile parecen haber llegado a la meseta, con más de 330.000 casos de infecciones y más de 12.000 decesos en el primero, y más de 320.000 casos y más de 7.000 muertes en el segundo.

Ambos países están tratando cautelosamente de reabrir sus economías y contener la pandemia de manera simultánea pasando de un confinamiento nacional a otro por áreas donde las tasas de transmisión continúan siendo altas.

México, donde más de 317.000 personas han dado positivo y 36.000 personas han muerto, se está preparando para un largo camino, luego de que su subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, advirtiera que el clima frío del otoño podría prolongar el brote de la COVID-19 hasta abril de 2021.

Para reactivar nuevamente la economía, por lo menos en algunas partes del país, México ha adoptado el sistema de tablero para señalar qué ciudades pueden salir del confinamiento y cuáles no.

La mayor parte del país está en fase naranja, lo que significa que las posibilidades de contagio aún son altas, pero con las medidas correctas de prevención y distanciamiento social, los negocios como hoteles, peluquerías y restaurantes pueden operar con una capacidad parcial.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó esta semana algunas buenas noticias: sólo nueve de los 32 estados del país siguen presentando brotes crecientes, mientras que 23 se mantienen estables o han empezado a registrar una disminución.

Sin embargo, el grupo financiero Citibanamex describió al número de decesos diarios y de nuevos contagios en México como "desproporcionadamente alto" en comparación con la mayoría de los demás países en etapas similares de la pandemia.

Deficiente planificación

Si Brasil, al igual que el resto de Latinoamérica, tuvo más tiempo para prepararse para la pandemia que otras regiones, ¿por qué ha sido tan fuertemente afectado por el virus?

Muchos expertos se refirieron a la deficiente planificación y a la ausencia de cooperación efectiva entre los diferentes niveles de gobierno como una de las principales razones por la que el virus no pudo ser contenido.

"Existe una falta de coordinación entre los gobiernos federal, regional y local", dijo Reis.

El Dr. Bernardo Vargaftig, un importante profesor del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo, coincidió en que no tener directrices estandarizadas para aplicar en todo el país agravó la situación.

"Para resolver el problema, las autoridades locales, tanto estatales como en las ciudades, tienen que implementar nuevas regulaciones, pero esas regulaciones no son las mismas que las de sus vecinos. Por ejemplo, si se necesita tener un confinamiento total, no funcionará si el vecino no lo aplica también", señaló Vargaftig.

Andre Diz, quien enseña economía en el Instituto Brasileño de Mercado de Capital en Sao Paulo, llegó a la misma conclusión.

"Pienso que el gobierno no está ayudando de forma coordinada. Lo primero que yo subrayaría es que fue muy lento en la toma de decisiones. Si las Américas y Brasil tuvieron alguna ventaja durante esta pandemia, fue que estuvieron entre las últimas regiones a las que llegó (el virus). Vimos lo que ocurrió en Asia y vimos lo que ocurrió en Europa, el gobierno podría haber tomado medidas mucho más organizadas y pudo haber estado preparado desde principios de marzo", mencionó Diz.

Otros factores también conspiraron para exacerbar la pandemia en Latinoamérica, incluyendo la desigualad y la pobreza, señalaron.

El distanciamiento social es un lujo que no todos pueden permitirse, indicó Vargaftig.

"Existe una gran diferencia entre aquellos que tienen recursos materiales para aislarse con las condiciones adecuadas, en comparación con aquellos que viven cuatro en una habitación con un piso sucio", dijo Vargaftig.

Un grupo particularmente vulnerable en Brasil son los indígenas, que a menudo viven en comunidades aisladas en el bosque lluvioso del Amazonas sin suficiente acceso a información ni satisfactores de sus necesidades básicas, mucho menos el equipo de protección necesario para combatir la infección.

Cifras oficiales indican que las pruebas han confirmado más de 9.600 casos de infecciones entre comunidades indígenas, donde 198 personas han muerto a causa de la COVID-19. De nuevo, la cifra real podría ser mucho mayor pero es difícil de verificar.

La decisión de Brasil de abstenerse del confinamiento para proteger la ya desacelerada economía parece haber sido corta de miras, opinó Reis.

"Tenemos ejemplos cercanos de cómo el gobierno debe actuar para salvar a su población, como Argentina o Paraguay, que desde el primer momento antepusieron la salud del pueblo a la economía. Aquí hicieron lo opuesto y esa es una de las causas de los tiempos dramáticos que estamos viviendo justo ahora", dijo Reis.

Debilitando economías débiles

El impacto económico y social de la pandemia en la región ha sido considerable y amenaza con tener repercusiones de largo plazo.

La economía de América Latina se contraerá en 9,1 por ciento en 2020 debido a la pandemia de la COVID-19, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un informe publicado el miércoles.

En México, la segunda mayor economía de la región después de Brasil, los expertos han pronosticado la peor contracción económica en la historia moderna del país, y en el peor escenario se proyecta una caída de 12 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB).

No se espera realmente una recuperación modesta por al menos dos años más y Citibanamex proyecta un crecimiento promedio del PIB de 2 por ciento en 2022 y 2024 en México.

La CEPAL advirtió que la pandemia podría llevar a la bancarrota a 500.000 compañías en México.

La pérdida de empleos por la pandemia podría incrementar la pobreza extrema en 2020 de 11,1 a 15,9 por ciento de la población, o 19,4 millones de personas, en especial en los estados sureños más pobres de México, de acuerdo con la CEPAL y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

López Obrador ha calculado que México perderá un millón de empleos este año a causa de la pandemia, mientras que su administración implementa un plan para generar hasta dos millones de nuevos empleos.

Los principales sectores productivos de Brasil han sido impactados por la pandemia, incluidos los de exportaciones y de producción automotriz.

La producción de vehículos se desplomó 50,5 por ciento en la primera mitad de 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019, de acuerdo con la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (Anfavea), y los fabricantes dicen que será hasta 2025 cuando se regrese a los niveles de producción de 2019.

La industria automotriz de Brasil, la más grande de América del Sur, está enfrentando una "crisis mayor que la encarada en las décadas de 1980 y 1990" señaló el presidente de la Anfavea, Luiz Carlos Moraes.

Más de la mitad de las compañías exportadoras de Brasil reportaron estar siendo impactadas negativamente por la pandemia, de acuerdo con la Confederación Nacional de la Industria (CNI) del país.

El sector minero de Perú se ha paralizado, lo que erosionará el crecimiento del país en 2020, de acuerdo con Barclays Investment Bank de Reino Unido.

A Chile, por otro lado, le podría ir mejor gracias a sus "márgenes fiscales", señaló Barclays.

Una mujer porta una mascarilla mientras sostiene una caja de fruta en la cabeza en el mercado La Vega Central, en Santiago, capital de Chile, el 2 de julio de 2020. (Xinhua/Jorge Villegas)

Camino largo hacia la recuperación

Al igual que gran parte de Latinoamérica, la economía de Brasil ya estaba en apuros antes de que la pandemia deteriorara la situación de por sí mala, lo que significa que la recuperación no será fácil ni rápida.

La economía de Brasil "creció menos en el primer trimestre de 2020 que en el último trimestre de 2019. Eso demostró que incluso antes de la pandemia nuestra recuperación era lenta" de una crisis económica de 2015-2016, dijo Andre Diz.

"Con la llegada de la pandemia, este escenario se agravó más… Una economía que ya no estaba creciendo lo suficiente sufrirá mucho más ahora en vista de la pandemia", previó Diz.

Alfredo Coutino, jefe de Investigación Económica de América Latina de Moody’s Analytics, cree que las economías latinoamericanas serán las más afectadas del mundo debido a la pandemia.

"Los (países) más afectados son aquellos que son más vulnerables, tanto en términos de sus sistemas de salud pública como de sus economías, entre ellos se encuentran Brasil, México, Argentina, Perú, Ecuador y los países de América Central", dijo Coutino a Xinhua.

"La región está condenada a sufrir dos efectos importantes: una recesión profunda en el corto plazo y una pérdida en la capacidad de producción en el mediano plazo que afectarán la velocidad de recuperación de los países de América Latina, debido a la destrucción del capital físico y humano causada por la pandemia", dijo Coutino.

De acuerdo con la CEPAL, en la región, la pandemia cerrará unos 2,7 millones de empresas, conduciendo a una pérdida de 8,5 millones de empleos formales tan sólo en los próximos seis meses.

"La única receta para una salida de la crisis es una recuperación sostenida mediante la restauración de la capacidad de producción perdida, lo que ocurre con una inversión privada y pública acelerada", agregó Coutino.

Y eso "dependerá de cuán abiertos y amigables sean los gobiernos respecto a la inversión privada, por tal motivo, los gobiernos a favor del mercado serán más atractivos, mientras que los que están en contra de las empresas se quedarán atrás", señaló.

Andre Diz recomendó que Brasil adopte varias medidas mientras navega por la pandemia y la economía tirante.

"A partir de una perspectiva política, una mejor coordinación en términos de ministerios. El Ministerio de Salud debe organizarse mejor con los estados para la lucha contra la pandemia. Económicamente, creo que necesitamos hacer dos cosas: primera, mantener el consumo, y segunda, ayudar a las empresas", dijo Diz.

"Desde el punto de vista de las empresas pequeñas, el gobierno necesita pensar en un canal de recursos crediticios más productivo para los empresarios pequeños. El gobierno arregló los recursos con el banco central, pero el sector bancario, temeroso de que estas compañías no se desempeñaran bien, estancó los recursos", indicó.

La ayuda financiera que el gobierno ofreció a los trabajadores informales cuyos reducidos ingresos fueron afectados por la pandemia fue "muy importante", señaló Diz.

Mientras tanto, la pandemia sigue presente y los países siguen luchando por controlar sus brotes y se mantiene el riesgo de una nueva ola de contagios.

Reis, experta brasileña en enfermedades infecciosas, destacó que las personas se volcaron a las tiendas, restaurantes y otros negocios reabiertos con más desenfreno de lo que la situación actual amerita.

"Las imágenes que hemos visto desde que comenzaron a relajar las medidas de confinamiento son imágenes de enorme imprudencia por parte de muchas personas: grupos sin cubrebocas y sin respetar la distancia segura. Es muy probable que tendremos pronto un resurgimiento de casos en esos lugares", dijo Reis.

Mientras no haya una vacuna, ella cree que las medidas de distanciamiento social estrictas deben permanecer en vigor. Fin

(Los reporteros de Xinhua Wu Hao, Yang Chunxue, Yan Liang, Kang Wenjun en la Ciudad de México, Zhao Yan en Río de Janeiro, Zhou Xingzhu en Brasilia, Gong Ruohan en Sao Paulo y Yin Nan en Santiago también colaboraron en esta historia)

 

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