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Luis Aparicio celebra 50 años de hacer historia

 Luis Aparicio cumple este domingo 50 años de haberse convertido en el primer venezolano en ganar una Serie Mundial. El zuliano logró la inédita hazaña con el equipo Orioles de Baltimore, que barrió en cuatro encuentros a los Dodgers de Los Ángeles en 1966.

“En esa serie los Dodgers nos hicieron todas las carreras en los primeros tres innings. Después, no nos pisaron más el home. En esa serie me fue muy bien contra Sandy Koufax. Él siempre se encaprichaba en tratar de quitarme el bate de la mano, y eso era muy difícil. Era recta conmigo, y yo, batazo con eso. Nunca fuimos favoritos, pero ganamos esa serie con pitcheo, defensa y bateo oportuno”, rememoró Aparicio, para quien ese fue el mejor momento de su carrera antes de llegar Cooperstown.

El zuliano fue el primer bate y campocorto de un equipo que ganó el banderín de la Liga Americana al terminar con récord de 97-63. En la ronda regular promedió .276 e impuso una marca personal con 182 hits, además de ganar el séptimo de sus nueve Guantes de Oro.

“Baltimore del 66 fue el mejor equipo en el que jugué. Éramos como una familia. Éramos muy unidos. Y eso se logró porque teníamos un gran manager como Hank Bauer, quien defendía mucho a sus peloteros. Fue el primer piloto que vi en un restaurant sentado con sus peloteros en una mesa para comer. Conversaba contigo y te inspiraba confianza, porque te dejaba hacer tu juego. Te daba mucha confianza y era tremenda persona, un amigo para todos los peloteros, y eso hacía que le pusieras un extra, porque querías ganar para él”, comentó el ex grandeliga en una nota de prensa de Cárdenas Sports Media.

Al hablar de ese momento, el Salón de la Fama lo recuerda como si fuera ayer.

“Ese equipo tenía el mejor infield en el que jugué, con Boog Powell en la primera base, Davey Johnson en segunda y ‘Brooksie’ (Brooks Robinson) en tercera. El pitcheo tampoco se quedaba atrás. Teníamos a Moe Drabowski, que lanzaba muy duro, y en ese staff estaba Dave McNally, que para mí era el mejor. También estaba Jim Palmer, quien apenas era un muchachito, pero cuando levantaba la pierna nadie le bateaba”, dijo.

Fue la segunda Serie Mundial de Aparicio, quien también enfrentó a los Dodgers en la de 1959, pero con el uniforme de los Medias Blancas de Chicago, y contribuyó con su sólida defensa.

Aparicio culminó la serie contra los Dodgers con promedio de .250, luego de conectar cuatro hits en 16 turnos, con un doble y par de remolcadas. La mitad de esos imparables, incluido el extrabase, que fue remolcador, se los dio al inmortal Sandy Koufax durante el segundo compromiso, dejando promedio vitalicio de .571 (7-4) frente al zurdo en Series Mundiales.

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