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Grupo ARLAC rechaza injerencismo por parte del Grupo de Lima

El Grupo de Refugiados de América Latina y el Caribe en Europa (ARLAC) expresó este miércoles su rechazo al documento injerencista suscrito por el Grupo de Lima el pasado 4 de enero, en el que exigen al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, no juramentarse este 10 de enero como mandatario venezolano, a pesar de ser reelegido el pasado 20 de mayo por más del 60% de los votos.

Mediante un comunicado, el grupo ARLAC señaló que el Grupo de Lima tiene como fin “ promover un desconocimiento a la institucionalidad y recurrir a una ley NO VÁLIDA actualmente, para reconocer como Presidente de la República al actual presidente de la Asamblea Nacional elegido con ese objetivo por sus pares hace unos pocos días y no al presidente que la población venezolana eligió en las urnas, Nicolás Maduro. Es decir, la democracia a la carta. A veces sí a veces no, según las preferencias de Washington”.

A continuación, el texto íntegro publicado en el portal web del Ministerio para Relaciones Exteriores:  

“Un grupo Ad-hoc de países obedientes a las directrices de Alemania, exige a Emmanuel Macron su dimisión a causa de las repetidas manifestaciones dentro de su país”. El anterior podría ser uno de los titulares de muchos periódicos; después de una enésima protesta de los Chalecos Amarillos, estudiantes o trabajadores, ¿absurdo, no?

¿Acaso exigimos a Donald Trump dejar la Casa Blanca a causa del “shut-down” provocado por un desacuerdo sobre la construcción de un muro en la frontera con México y que ha privado a miles de funcionarios de salario? No. Sin embargo, Macron y Trump son mucho más peligrosos para la paz mundial que Nicolás Maduro quien fue reelegido para un segundo periodo en la presidencia de Venezuela. Francia y los EEUU hacen parte del consejo de seguridad de la ONU y de todas las instancias económicas, financieras, comerciales y – a la postre- criminales del planeta.

El pasado 4 de enero, el llamado «Grupo de Lima», excepto México, declaro: “no reconocer la legitimidad del nuevo periodo presidencial del régimen de Nicolás Maduro”, por el contrario ratifica su “reconocimiento a la Asamblea Nacional, elegida legítimamente el 06 de diciembre de 2015, como órgano constitucional democráticamente electo en Venezuela”.

El «Grupo de Lima», fue creado por impulso de los EEUU y su instrumento de intervención en los países de América Latina: la OEA, y con el respaldo de la Unión Europea el 8 de agosto 2017, con el claro propósito de desconocer la Asamblea Nacional Constituyente, elegida en las urnas por la población venezolana una semana antes. Cabe recordar que según las leyes vigentes, mientras la Asamblea Constituyente sesione tiene “facultades plenipotenciarias por encima de los demás Poderes públicos del Estado” incluyendo la Asamblea Nacional, que además ha sido declarada en desacato.

Lo que pretende ahora el “Grupo de Lima”, es promover un desconocimiento a la institucionalidad y recurrir a una ley NO VALIDA actualmente, para reconocer como presidente de la república al actual presidente de la Asamblea Nacional elegido con ese objetivo por sus pares hace unos pocos días y no al presidente que la población venezolana eligió en las urnas, Nicolás Maduro. Es decir, la democracia a la carta. A veces si a veces no, según las preferencias de Washington.

¿Por qué deberíamos pedirle a Nicolás Maduro dejar el poder? ¿Por cuál razón no deberíamos reconocer la decisión del 67.8 % de votantes en su favor? ¿Un sistema electoral deficiente? No. La Misión Electoral de Acompañamiento Internacional, reconoció al sistema electoral venezolano como uno de los más transparentes del mundo. ¿Una Dictadura, donde la gente fue obligada a votar por Maduro? No. La coalición chavista, a la cual pertenece el PSUV, partido de Maduro, ha ganado 21 de las 23 elecciones en las que ha participado en los últimos 19 años en los diferentes niveles de las instituciones de Estado y cada vez la oposición las ha desconocido.

Los últimos comicios presidenciales fueron declarados ilegítimos por la oposición ya que una parte de ella no participó, incluso si fue por solicitud de esa misma oposición que esas elecciones se realizaron de manera anticipada. Y finalmente, fue esa misma oposición quien promovió el boicot de las elecciones al no lograr una acuerdo entre los diferentes partidos que la conforman. A la postre, tres candidatos salidos de su seno participaron en el proceso electoral. En todo caso, cualquier proyecto que sea emprendida por el jefe del Estado venezolano, siempre que vaya en contravía de los propósitos expansionistas de los EEUU, será calificado de antidemocrático y peligroso para todo el planeta.

En los mismos momentos cuando en Francia, las protestas superan la capacidad de respuesta de las autoridades; en momentos cuando Bélgica se encuentra presa de un partido nacionalista de extrema derecha populista; en momentos que movimientos fascistas emergen y grupos neonazis recrudecen por todos lados en Europa: ¿Qué derecho tenemos los europeos de inmiscuimos en los asuntos internos de otros países? ¿Qué lecciones podemos dar a quienes han escogido otros modelos para gobernar? ¿Acaso Venezuela significa una amenaza para nuestra población?

¿O acaso es una ingenuidad de los venezolanos votar repetidas veces por el hombre que dirige el país desde 2013, frente a una agresión sin precedentes por parte de occidente? Bloqueo económico, alimentario, farmacéutico, financiero, atentados, propaganda a ultranza…En fin, todo ha sido intentado para derrocar al presidente Maduro, pero el pueblo venezolano continua movilizándose para reelegirlo.

En las últimas elecciones municipales realizadas el 9 de diciembre de 2018, y en las cuales participaron partidos tradicionales e históricos de la política venezolana, la coalición que respalda el presidente Maduro obtuvo más del 90 % de los votos y eligió a 300 de los 335 alcaldes de todo el país.

¿No sería mejor que nos preguntáramos el porqué de ese fulgurante triunfo a pesar de las dificultades que se le presentan al gobierno? ¿Cómo diablos hace ese país para resistir a tan infame agresión? ¿Cómo diablos el pueblo venezolano encuentra fuerzas para enfrentar a los imperios norteamericano y europeo?

El espíritu de solidaridad de los pueblos debe llevarnos a admirar la extraordinaria capacidad de resistencia del pueblo venezolano en la defensa de su dignidad y no a intentar darle lecciones. Venezuela y su pueblo son una fuente de inspiración que también nos enseña que es posible resistir a los monstruos del neoliberalismo y no aceptar, como en Europa, los planes de austeridad decididos y dirigidos por burócratas desde sus torres de marfil para satisfacer el club de Davos.

Este 10 de enero, día de la posesión de Nicolás Maduro para su segundo mandato presidencial, es para nosotros y los humildes del mundo una día de fiesta y celebración durante el cual se reafirma el derecho a la autodeterminación de los pueblos, un día de resistencia y lucha para todos los pueblos del mundo.

Jasmine Pétry

Presidente de ARLAC

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