“Somos la vida y alegría…”
“Mundial Margarita, presenta: “La misteriosa desaparición del buque Ciudad de Porlamar”, una tragedia sucedida en 1967, donde desaparecieron 14 pescadores margariteños y aún a la fecha no se sabe de su paradero…”
El periodista descansaba en su hamaca y escuchó atentamente el anterior programa por su emisora predilecta Mundial Margarita (1020am, 92.9fm y www.radiomundial.com.ve) y antes de lanzar sus palabras al aire, se quedó callado y apesadumbrado, y luego pensó: “Qué triste y lamentable. Es monstruoso lo que antes se hacía en la IV República, pues ante este crimen horrendo, supuestamente político, los gobernantes de turno guardaron silencio y lo hundieron en el mar del silencio y la impunidad; afortunadamente el actual gobierno bolivariano y revolucionario ha creado la Ley contra El Silencio y El Olvido, con el fin de castigar a los culpables de estos asesinatos aterradores y espeluznantes. Esperamos y confiamos que se haga justicia”.
El reportero desde su hamaca, vio que la montaña lucía su cabellera de neblina y quedó extasiado y más bien le dieron ganas de quedarse y observar el paisaje y disfrutar del pincel de la naturaleza, pero tenía un compromiso que cumplir, por eso salió de su casa, se dirigió a su vehículo, lo prendió y marchó con su viejo Malibú, rumbo hacia Juangriego para ir luego hasta la población de la Guardia y al pasar por lo que era antes una salina desolada, observó la gran cantidad de casas realizadas por el gobierno y meditó: “Esto es un logro que nadie puede ocultar y quién lo haga es querer tapar todo el universo con un alfiler”.
En la vía, que bordea la orilla del mar límpido de Taguantar, que conduce al pueblo de La Guardia, oyó por su emisora favorita el audio, donde hablan dos siniestros personajes, quienes están presos y en el cual expresan sus planes violentos, por lo tanto reflexionó: “¿Qué se puede esperar de estos “pajaritos”, que lancen pregones de paz, teniendo tales antecedentes? De ninguna manera, pues a ellos les importa muy poco el país y menos su gente. En estos momentos, ante esta crueldad apátrida, recuerdo aquella frase de Argimiro Gabaldón: Somos la vida y alegría, en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”.