Reportajes

«Siempre he estado del lado de la izquierda y de la justicia»

El presidente de la Fundación Casa del Artista asegura que este país saldrá adelante con el trabajo de todos los venezolanos 

La mañana se acercaba a su fin, y los espacios de la Fundación Casa del Artista (FCA) eran abrazados por un calor suave y amigable –gracias a la tenue llovizna que cayó sobre Caracas en la madrugada y en las horas matutinas–que transitaba las veredas y calles del ambiente capitalino, mientras esperábamos a nuestro entrevistado, el presidente de la FCA, Roberto Messuti, para sostener una tertulia cordial, agradable, que colindase con una gran camaradería, y que nos permitiese conocer un poco más de ese artista que decidió –según sus propias palabras– salir hace seis años a la palestra política en defensa de los artistas y cultores venezolanos que se encontraban desasistidos por las instituciones del Estado venezolano.

Y aunque llegó con un pequeño retraso (instantes que fueron aprovechados por el equipo reporteril de Ciudad Caracas para conocer en profundidad las dimensiones de la Casa del Artista, y observar las refracciones y remodelaciones que está haciendo la junta directiva de la FCA a las salas y lugares que son parte de su estructura), debido a sus compromisos como constituyente, ofreció disculpas por la espera y se mostró muy complacido por nuestra visita a las instalaciones del ente que dirige desde el año 2016.

“Es un honor para nosotros, aquí en la Casa del Artista, en esta nueva gestión revolucionaria recibirles, y digo nueva gestión revolucionaria, porque precisamente para eso llegamos a la FCA, para revolucionarla en pro de una institución que sirva de trampolín, defensa y visibilización del artista nacional”, fueron las primeras palabras enunciadas por Messuti en el diálogo que sostuvimos por espacio de un poco más de una hora.

Hay que salir de la zona de confort

Messuti recordó que la orden que le instruyó el jefe del Estado, Nicolás Maduro, al designarlo presidente de la FCA fue hacer brillar la Casa del Artista, “que sirva para lo que se creó, que sea una institución que visibilice, proteja, impulse e incluya al artista nacional en un sistema de seguridad social digno, que le permita un retiro digno para que no siga pasando en el país lo que hemos visto a lo largo de la historia, que grandes artistas hoy en día al final del túnel no encuentran la luz”.

—¿Por qué Roberto Messuti decidió hace seis años incursionar públicamente en la política?
—Yo soy de los que piensa que uno a veces debe tomarse el atrevimiento y salir de su zona de confort y hacer cosas trascendentales, cosas que como ser humano te marquen, identifiquen y te catapulten como alguien valioso en la Patria. Si bien es cierto que mi trabajo como artista me llenó de muchísimas satisfacciones, tanto espirituales como materiales, también es cierto que hacía falta algo más en mi vida. Siempre tuve esa vocación de servicio para con el amigo, con el vecino, desde que estuve en el colegio, siendo delegado de curso, como parte de los centros de estudiantes, como trabajador en los medios de comunicación, siendo parte siempre activa de los hombres y mujeres que luchábamos por las reivindicaciones salariales y laborales, pero no como sindicalero.

Aquí Messuti hace un inciso y aclara que no tiene nada en contra de los sindicatos, sino contra aquellos personajes que viven de ello. “Creo en el sindicato productivo, en el sindicalismo defensor de los trabajadores; no en el sindicalismo parasitario –y haciendo un gesto con el dedo índice de su mano derecha, moviéndolo de un lado a otro dice: en ese no creo que lamentablemente era el que aupaba la empresa privada de las telecomunicaciones, y en este caso de la televisión venezolana, unos sindicatos hecho a la medida de los intereses de los patronos”.

—Usted hizo público su afecto al chavismo para aprovechar el portaviones Chávez o siempre ha comulgado con la ideología de izquierda y con la Revolución Bolivariana.
—Yo me atreví a alzar mi voz –acota que está inscrito en el PSUV desde su creación en el año 2007– e hice pública mi filiación con el chavismo en un momento difícil para la Revolución Bolivariana. Roberto Messuti vino a poner su granito de arena, a sumarme a las voluntades del presidente pueblo, Nicolás Maduro Moros, en un instante de un gran dolor colectivo, de la pérdida del líder supremo y en medio de un río revuelto, donde estaban los vivos-bobos viendo qué pescaban. Yo como un venezolano consciente de que este país lo vamos a sacar adelante nosotros los venezolanos, me sumé a una causa humana llamada socialismo, públicamente, y digo públicamente porque siempre fui chavista, los que me conocen siempre han sabido de mi condición. Nadie va a encontrar de Roberto Messuti una foto o un video llamando a votar por los antipatrias, ¡jamás! Siempre he estado del lado de la izquierda, del lado del corazón y de la justicia.

 

 

 

 

En momentos difíciles es muy fácil apostar al ganador o al favorito.

 

 

 

 

“No engañé a nadie”

Messuti manifiesta que para él fue una gran sorpresa aquella destilación de odio por las redes sociales cuando hace seis años dio a conocer a todos los venezolanos que era chavista, porque tanto sus compañeros de RCTV y Venevisión sabían que simpatizaba con el chavismo, por lo que no entiende por qué tanta gente lo atacó sin sentido.

“Yo nunca engañé a nadie, todo el mundo sabía cuál era mi inclinación política. Ahora, era muy cierto que quien se atrevía a decir que era chavista se quedaba sin trabajo en la televisión venezolana, ¿o es que es mentira?, porque para nadie es un secreto que quienes exponían públicamente su ideología chavista, eran execrados de cualquier empresa privada, es decir, tu amor por la Patria condicionaba tu trabajo”, acota Messuti.

El presidente de la Casa del Artista recalca que hizo pública su posición chavista en un momento en que muchos no se atrevían, “porque es muy fácil apostar al ganador o al favorito. Es muy fácil ir a la fiesta donde te invitan a pasarla bien. Lo difícil es acompañar a la gente en sus dolores, en sus angustias y en medio de una guerra sin cuartel que tenemos desde hace más de 18 años”, enfatizó.

Messuti subraya que su vocación en la política surge de comprender que todos los seres humanos estamos sumergidos en la política, queramos o no, y “si esa política, más allá de la conversa, del abrazo sincero o no sincero, de la palabra, se convierte en acción, deja de ser política de gamelote para ser política de producción, es decir, la política que a través de la palabra produce satisfacciones y aquello que decía nuestro Libertador Simón Bolívar: la mayor suma de felicidad posible para el pueblo”.

“Mi Madre lo es todo”

El también constituyente informó que tuvo una infancia muy activa, ya que desde pequeño practicó algunos deportes como el béisbol, kárate y fútbol, esta última disciplina le permitió, a pesar de ser –según sus propias palabras– un poco mala conducta, conseguir un cupo en algún colegio privado cuando debía migrar de alguna institución educativa. Y ese talento para jugar al balompié –que le viene por ser descendiente de italianos– le permitió estudiar en La Salle–La Colina y en las sedes del San Agustín de El Paraíso y El Marqués, además del esfuerzo de una madre de la que se siente muy orgulloso, porque cumplió el doble rol de papá y mamá, debido a que su padre se desentendió de él desde muy niño.

“No le tengo rencor alguno a mi padre, y con él tengo un trato normal, sin mucho aspaviento. Tuve una madre, Argelia Messuti, que tuvo que echarle pichón a trabajar, mientras mi abuela me cuidaba y yo estudiaba, y así pasaron los años, y mi madre me levantó. No tuve la suerte de contar, como en otras familias, con la presencia de la figura paterna. Tengo un padre, como lo tenemos todos, que me engendró, pero que no fue buen padre, fue muy mal padre. No tengo hoy, gracias a Dios, ningún reconcomio contra él, pero no sembró el afecto y el amor que debió haber sembrado y por lo tanto no lo recogió.

Messuti dice que su madre significa todo para él, así como su abuela –ya fallecida–, ambas le dieron todo el amor, cariño y disciplina necesarios para ser el hombre que es en la actualidad. “Tuve mucho amor de esas dos mujeres y de un hombre llamado Federico Messuti, que fue mi abuelo. No me faltó nada, y me pudieron dar hasta donde se pudo, hasta donde las posibilidades económicas lo permitieron”, señala el presidente de FCA.
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Actor a escondidas

> El constituyente por el sector Trabajadores relata que desde niño quería ser pelotero, futbolista o artista, pero su madre siempre le dijo que debía estudiar en la universidad y sacar una carrera universitaria, por eso, a pesar de tener talento para jugar profesionalmente balompié o béisbol, no contó con el apoyo y debió dejar ese sueño a un lado.

Sin embargo, cuenta que cuando comenzó a estudiar Economía en la Universidad Santa María, aprovechó la ocasión para iniciar estudios de Artes Escénicas en la Academia de Cine, Radio y Televisión con Amalia Pérez Díaz, pero a escondidas de su mamá, a quien le dijo que estaba trabajando en las tardes. “Yo estudiaba Artes Escénicas a escondidas de mi mamá, por aquello de que ella quería que fuera doctor y vaina, que estudiara en la universidad… entonces si decía que quería ser actor me caía a palo, y si decía que quería ser deportista me caía a repalo. Entonces yo primero tuve que graduarme para ser actor, por eso primero fui economista y después fui actor”.

Para lograr su objetivo, Messutti señala que siempre le hizo creer a su mamá que se había cambiado para el turno de la noche porque estaba trabajando. “Yo tenía un amigo que me ayudaba, pero siempre andaba sin medio en el bolsillo, y yo le decía que ganaba muy poquito y ella me contestaba: ‘Tú cobras y nunca tienes plata’. Claro, la verdad es que yo no estaba trabajando sino estudiando actuación, pero si le decía eso me iba a caer a palo”.

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