Raúl Castro y Barack Obama ya están en Panamá para Cumbre de las Américas
Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, ya se encuentran en Panamá para participar en la VII Cumbre de Las Américas, un encuentro histórico en el que ambos mandatarios se verán por primera vez desde que reanudaran el diálogo el año pasado tras la normalización de las relaciones diplomáticas.
El mandatario cubano arribó la noche de este jueves a ciudad de Panamá, donde fue recibido en el aeropuerto Panamá Pacífico por el viceministro de Relaciones Exteriores, Luis Hincapié; el director de Protocolo y Ceremonia, Roberto Zúñiga Brid; y el embajador caribeño Antonio Miguel Pardo Sánchez, reseña en su web Telesur.
Por su parte, el presidente estadounidense arribó a Panamá este jueves luego de su visita a Jamaica, donde se reunió con líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) para intentar minimizar el papel estratégico de la alianza establecida por los países del bloque con Venezuela a través de Petrocaribe.
También llegó este jueves al país centroamericano el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Un total de 22 mandatarios, jefes de Estado y de Gobierno confirmaron su asistencia a la VII Cumbre de las Américas, que se inicia este viernes 10 de abril.
Cuba es el único país del hemisferio al que, desde 1962, no se le había permitido su participación en el evento, tras ser expulsado -por mandato de Estados Unidos- de la Organización de Estados Americanos (OEA), instancia que auspicia la cita.
Al respecto, Castro indicó en la Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), realizada el mes pasado en Caracas, que expondrá en suelo panameño su respaldo a la unión regional.
"Rechazaremos con determinación toda tentativa de aislar y amenazar a Venezuela, y reclamaremos el cese definitivo del bloqueo a Cuba", expresó.
Durante la VII Cumbre de las Américas, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pedirá al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que derogue la orden ejecutiva emitida el 9 de marzo, en la que se acusa a Venezuela de ser una "amenaza inusual y extraordinaria" para la seguridad del país norteamericano.
