Radiotelescopios EHT detectan campos magnéticos en agujero negro
Los agujeros negros supermasivos ubicados en los centros de las galaxias más que aspiradoras gigantes que se tragan todo lo que se acerca demasiado, son como motores cósmicos alimentados en teoría por campos magnéticos. Por primera vez, tras décadas de trabajo teórico, los astrónomos han obtenido una prueba sólida de ello.
Así, tal y como los científicos habían predicho, la red global de telescopios Event Horizon (EHT), ha permitido la detección de campos magnéticos justo fuera del horizonte de sucesos -la zona en la que la materia no puede escapar a la atracción- en el agujero negro central de nuestra galaxia, la Vía Láctea, conocido como Sgr A.
Hasta el momento, nadie había sido capaz de resolver la existencia de estos campos magnéticos cerca del horizonte de sucesos pero gracias a las observaciones a una longitud de onda de 1,3 milímetros, los científicos pudieron medir la forma en la que la luz está polarizada de forma lineal; en el caso de Sgr A, esta luz es emitida por los electrones en espiral alrededor de las líneas del campo magnético, generando un trazo delimitado de la disposición del campo magnético.
Esto es, teniendo en cuenta que Sgr A está situado a 25.000 años luz de distancia (y tiene 4 millones de veces más masa que el Sol), los expertos fijaron el EHT en un arco de unos 50 micro-segundos.
El resultado de las observaciones determinó que el agujero negro de nuestra galaxia está rodeado por un disco de acreción de material en su órbita y a pesar de que algunas regiones muestran una estructura muy organizada, los campos magnéticos de algunas zonas del agujero negro aparecen con un gran dinamismo: hay desorden, bucles y espirales entrelazadas. Puro caos.