Opinión

¡Qué sucio, Calderón!

Estos políticos, venidos a menos, ex presidentes muy cuestionados en sus naciones -que son personas no gratas en Venezuela- no descansan para emitir opiniones adversas y condenables totalmente en contra del país, de la revolución bolivariana, de los presidentes Chávez y Maduro

Estos políticos, venidos a menos, ex presidentes muy cuestionados en sus naciones -que son personas no gratas en Venezuela- no descansan para emitir opiniones adversas y condenables totalmente en contra del país, de la revolución bolivariana, de los presidentes Chávez y Maduro. Estas conductas no son espontáneas ni producto del azar. Están milimétricamente preparadas y responden al plan de la derecha mundial en su afán de arremeter contra nuestra patria.

Las inquietudes acerca de que son ciegos frente a la realidad de sus países, huelgan. Ese no es el problema. No hay ética, ni principios. Cómo es que un territorio acosado por los carteles de la droga, donde el crimen y la reiterada violación de los derechos humanos copan la agenda cotidiana, no es objeto de atención por sus connacionales y se tiene la osadía de tomar partido e injerencia en asuntos de otras naciones.

Es el caso de Venezuela y de los exmandatarios que integran el denominado Club de Madrid, donde están los dos Felipe -González y Calderón– el Uribe y otros más. Todos con un amplio prontuario durante sus gobiernos, siguiendo las recetas neoliberales del FMI, hambreando a sus pueblos y con un rosario de muertes, torturas y desaparecidos, que si hubiese justicia estarían pagando condena por los desastres que cometieron durante sus gestiones.

México el grande, el de la Revolución, el de Juárez, el de Zapata, el de Chiapas, siente vergüenza ante los Calderón y los Fox, apátridas, pro yankis, defensores de las transnacionales y del gran capital; oprobios del pueblo explotado, de los campesinos, estudiantes y trabajadores, que están luchando por rescatar los valores de la nación mexicana.

Este Calderón se atrevió, en el encuentro de la vinotinto contra la selección colombiana, a decir que la nuestra es una selección que juega sucio y que probablemente los había entrenado Maduro. ¡Mayor atrevimiento! Hasta en el deporte, cualquier terreno es válido para que esos opinadores tarifados ataquen a Venezuela. La vinotinto ganó limpiamente, en un juego extraordinario contra Colombia a la que ponían de favorito. Juego sucio el de estos políticos, vergüenza de la historia y de sus naciones. 

Profesora de la UCV

/N.A

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