Opinión

¿Qué pasará el 6-D?

En estos días le pregunté a un amigo opositor: ¿qué pasará el 6 de diciembre?

En estos días le pregunté a un amigo opositor: ¿qué pasará el 6 de diciembre? Y me respondió: “Ese día será el momento de derrotar a este gobierno, ya no se salva”. Luego me reuní con otro amigo, pero chavista. Le hice la misma pregunta, y él, de inmediato, soltó la respuesta: “Si no le hacen trampas, gana el chavismo las parlamentarias”. Surgió la pregunta: ¿por qué? Cualquiera, ante la escasez, la espeluznante especulación y esa inflación desproporcionada, pudiera pensar que el chavismo no tiene posibilidades de ganar las elecciones. Pero, sin ir a la ligera, es preciso aceptar y entender que Venezuela ha cambiado y que desde un tiempo para acá grandes sectores populares vienen adquiriendo, poco a poco, pero de una manera sorprendente, una conciencia del deber social. Es decir: ¡aquí pasa algo! 

El contradiscurso opositor en el país en 15 años no ha cambiado, está obsoleto y su liderazgo decae, mientras que en el chavismo esa conciencia naciente del deber social se concretiza en la organización popular, como “conciencia del poder social”. Algunos no me creen, pero esto es lo que salva a la revolución bolivariana como fenómeno sociopolítico sui géneris. ¿Cómo se explica que con la escasez y la inflación desproporcionada no baje la gente de los cerros a protestar ni se asomen mayorías populares con “caracazos” contra el gobierno? Pues bien, en esos inmensos sectores hay conciencia de lo que está ocurriendo, pero saben de la inversión social y viven esa realidad de salud, educación y vivienda sin barreras económicas. Hoy, para ellos, las “tendencias de demanda” con sus colas y la inflación inducida las crean los mismos especuladores, independientemente de las fallas en la productividad o de los desaciertos del gobierno, pero saben que la economía especulativa ahora tiene el propósito de conjugarse con la desestabilización política. Por eso se equivocan los que buscan, por debajo del odio al chavismo y a sus dirigentes, cambiarle a los sectores populares organizados un proyecto que, por primera vez, los colocó en la reflexión de sentirse y percibirse así mismo y de un deber social que se materializa con los demás como conciencia del poder social. Ahí está la diferencia con la oposición ante el voto electoral del 6-D.

Abogado

/N.A

Articulos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button