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Qué hacer si tu mascota es expuesta a gases lacrimógenos

Los gases lacrimógenos, perdigones y otras sustancias tóxicas tienen efectos desfavorables no sólo en las personas, también en el ambiente y en nuestras mascotas.

“Los animales tienden a ser más delicados que las personas. Los seres humanos tienen alrededor de cinco millones de receptores olfativos, mientras que los perros tienen alrededor de 200-300 millones. Es decir, su sentido del olfato es mucho más potente. Por ello, la exposición a gases tóxicos puede causar un mayor daño en ellos, ya que son mucho más sensibles”, explica Yoselyn Gutiérrez, médico veterinario de Maxipet.

Al igual que su sentido del olfato, los canes tienen una capacidad auditiva bastante desarrollada, y el sonido de bombas y perdigones tiende a causar daños psicológicos. Estas situaciones pudieran excitar al animal más de lo normal, propiciando que intente escapar del lugar o agrediendo a alguien que esté cerca.

REACCIONES A LOS GASES LACRIMÓGENOS:

– Irritaciones intensas de los ojos, lo cual produce lagrimeo abundante

– Hipersensibilidad a la luz, conjuntivitis o ceguera temporal

– Irritación de la membrana de la nariz, tráquea y pulmones, lo cual puede producir secreción nasal, sensación de ahogo o tos

– Sensibilidad del estómago con inducción del vómito y posible diarrea

– Problemas de la piel con sensación abrasiva y dolorosa picazón

EN CASOS DE EMERGENCIA, SIGUE ESTAS RECOMENDACIONES:

– Rociar una mezcla de bicarbonato de sodio con agua en el aire para así mitigar el efecto de los gases.

– Humedecer muy bien su pelaje.

  

– Es recomendable que una vez calmada la situación, bañes a tu mascota inmediatamente; ya que es necesario quitar cualquier residuo de los gases lacrimógenos.

– Si estás en la calle, intenta alejar al animal de la situación. Llévalo a un lugar donde pueda estar seguro. Se debe tener cuidado en el momento de tomarlos, porque pueden sentirse amenazados por la situación y son proclives a morder.

– Si estás en casa, es importante cerrar las ventanas y usar un ventilador o abanico que ayude a contrarrestar el flujo del gas.

– Luego, llevar a la mascota a un chequeo médico, considerando que muchas reacciones alérgicas pueden no reflejarse externamente sino a nivel interno.

– En caso de que el animal sea herido, se hace más importante la llevada al veterinario, para que se controle y se eviten infecciones.

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