¿Por qué se extrañan con los Felipes?
EMIGDIO MALAVER G. / emalaverg@gmail.com / @Malavermillo
La lluvia caía en el pueblo y las plantas reflejaban su alegría, a través de una sonrisa vegetal, al caerle aquellas gotas de agua que le recorrían desde las hojas y seguían hasta sus troncos o tallos, mientras tanto el periodista Pedro Cuartilla, desde su casa observaba la corona de neblinas que lucían los cerros cercanos y su emoción era inefable, y más aún cuando a través de su emisora favorita Mundial Margarita(1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), oía el programa: “Voces Margariteñas”, donde radiaban la canción de Simón Guerra: “Campesino Tacarigüero” que es un canto al arado, a la siembra y a la esperanza del agricultor.
“Si sigue este tiempo así, lluvioso, como está, voy a quedarme en casa, pues mi fiel Malibú no está muy bueno que digamos y de paso, desde aquí, viendo ese sistema de riego natural y oyendo los trinos alegres de las aves, no provoca sino disfrutar del espectáculo”, pensó el reportero, mientras repasaba por Internet los titulares de la prensa diaria.
En eso estaba, cuando repicó el celular y se dijo: “Depende de quién me esté llamando, lo atiendo”, pero al observar la pantalla vio el nombre de Pedro Cachamay, pulsó el botón de llamada y oyó: “Epa, amigo Cuartilla, te quería contar que con las visitas de los Felipes, tanto el González como el Calderón, he observado que se armado un alboroto y más aún con lo que dijo la “Paila”, sobre la Vinotinto y el Presidente Maduro; y viéndolo bien, qué se puede esperar de tan nefastos y siniestros personajes, con semejantes prontuarios; qué vengan con ramilletes de flores y traigan oro, mirra e incienso. ¿De verdad que no? Pero ellos no son tan ciegos, sino quienes le dan el garrote, que es cierta gente de la oposición, que se derivan de gobiernos anteriores que practicaron las mismas violaciones de los derechos humanos que hicieron estos dos ex presidentes; tanto es así que si Hitler estuviera vivo ya lo hubieran invitado para acá para que diera ejemplo de civismo, y valga la hipérbole, para ejemplificar los que ellos significan. ¿Qué te parece?”
Pedro Cuartilla, quien observaba el agua caer sobre las hojas de un datilero que se movía por la fuerte brisa, contestó: “Amigo, Cachamay, tienes toda la razón, pero sigo insistiendo, y perdona lo repetitivo, que lo lamentable es que hay personas (pensantes, dicen) que aún apoyan a estos opositores”.