No es tiempo para errar
Los acuerdos Rusia-China tienen múltiples implicaciones
Los acuerdos Rusia-China tienen múltiples implicaciones. El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura y el Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics están desplazando al FMI y al Banco Mundial. China ha declarado que eliminará las reglas del FMI y el Banco Mundial para otorgar créditos; el monopolio del crédito de Occidente está roto; los intercambios de petróleo y gas entre Rusia y China se realizarán en rublos y yuanes; China también ha decidido que la Bolsa Internacional de Energía de Shanghái comience a hacer transacciones en yuanes, desplazando el dólar; con la Ruta de la Seda está reconfigurando el mundo y Beijing va siendo centro de las relaciones comerciales y financieras.
Las fuerzas imperiales continúan recolonizando el mundo. En torno a Ucrania impulsan una guerra con Rusia y arrastran a Europa; continúan destruyendo el Medio Oriente; lo mismo están haciendo en África; están enviando al ejército islámico hacia Rusia y China y en nuestra región impulsan la destrucción del proceso bolivariano y desestabilizan a Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina.
En la medida que las fuerzas imperiales se debilitan, viran radicalmente hacia soluciones militares y la ultraderecha mundial radicaliza el golpe de Estado que dio con motivo del 11 de septiembre de 2001. Ese poder mundial impulsa un grave desastre. La batalla económica y geopolítica la está perdiendo. Le queda entonces el camino de la superioridad militar absoluta.
El conflicto con Colombia y Guyana es continuación de ese proceso. No es un simple diferendo con la oligarquía colombiana, llena de odio y prepotencia hacia el pueblo venezolano. Recuperar el “patio trasero” es vital para el imperio.
El cierre de la frontera, las visitas a China, Rusia, el Medio Oriente, Petrocaribe y la revitalización de las relaciones con Arabia Saudita rumbo hacia la III Cumbre de la Opep son importantes aciertos. Los problemas en la agricultura, la industria, la política petrolera, la política económica, la ineficiencia, el comportamiento clasista de la burocracia, la corrupción, el racionamiento del agua, los déficits en salud y educación, las colas, la especulación y la inflación, incrementan el descontento en sectores populares.
Entre otros problemas, viene una severa sequía. Comenzando 2016 el fenómeno de “El Niño” golpeará a nuestro país. Agricultura, ganadería y vida urbana estarán severamente afectadas. Medidas educativas y preventivas desde ya son necesarias.
Julio Escalona
valenciaojeda7@gmail.com
/N.A