Opinión

Ni siquiera cambian el “cachimbo”

Pero lo que te quiero destacar es que son los mismos que no firmaron en contra del decreto de Obama, donde nos considera una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos. ¡Qué descarados¡”

El periodista Pedro Cuartilla, pasó por el recién inaugurado distribuidor “Jesús Ávila” en la población de Los Robles y recortó velocidad de su viejo Malibú para observar los distintos canales y el elevado ahí construido y convencerse por sí mismo, de lo que se hablaba sobre dicha obra. Una vez que observó con la calma que pudo, reflexionó: “Es verdad, que le faltan algunos detalles, como bien lo ha dicho el gobernador Mata Figueroa, pero el que no reconozca esto es bien mezquino y de paso, si los opositores se empeñan en no hacerlo, deben recordar que ellos estuvieron años y años y ni siquiera pusieron un semáforo para controlar el tráfico. Bueno, no se le puede pedir “peras al horno”, como dijo uno de su más grandes filósofos”.

Pedro Cuartilla, siguió su ruta hacia una cercana ferretería para preguntar por una pieza, mientras tanto en su vetusto vehículo, sintonizaba su emisora preferida radio Mundial Margarita (1020am, 92.9fm y www.radiomundial.com.ve) y oía música autóctona y los avances noticiosos. En eso iba cuando llegó al estacionamiento del negocio, aparcó y cuando se bajó del carro, se encontró con su amigo Pedro Cachamay, quien lo saludó y rápidamente señaló: “Amigo, Cuartilla, el Presidente Maduro, tienen razón al decir que son los mismos golpistas, mentirosos, manipuladores y terroristas. No ha y duda. Son los mismos, repito, que firmaron el decreto de Pedro Carmona Estanga, derogando leyes, destituyendo poderes constituidos, retirando cuadros del Libertador y de paso una represión bárbara contra el pueblo y funcionarios del gobierno, como lo son los casos: Tarek William Saab y Ramón Rodríguez Chacín, entre otros.

Pero lo que te quiero destacar es que son los mismos que no firmaron en contra del decreto de Obama, donde nos considera una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos. ¡Qué descarados¡”

El periodista, oyó a Cachamay, se despidió, entró al negocio, compró la pieza, volvió al vehículo, se montó y arrancó, mientras pensaba: “En realidad, esta gente no cambia ni siquiera el “cachimbo”, como dicen por ahí, se necesita ser bien apátrida para tal comportamiento y más apátrida aún cierta gente, supuestamente, pensante que se hace cómplice de estas actitudes bochornosas”.

EMIGDIO MALAVER G. / emalaverg@gmail.com / @Malavermillo

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