Crónica

Moto pa’ la pirueta (Crónica)

Yordi Piña

 

En algún momento pudo ser la atracción de un circo: “el increíble acto del motorizado que gira en un una rueda de metal y desafía la gravedad”. En Venezuela -y varios países de América Latina-, esa osadía ha salido del rojo circense para ocupar las calles populares, en actos que en igual medida convocan al público para ver, más que una atracción, la actividad más popular de las barriadas capitalinas.

Ahora no es solo una práctica de pocos, por el contrario, la más variopinta gama de exponentes ha hecho que esta manifestación de la juventud se replique en varios estados del país, con eventos como el Motor Fest y otros organizados por el Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte.

El pensamiento conservador con respecto a esta manifestación podría tomarlo como un hobby, pero sus propios exponentes lo definen como un deporte extremo (y esto no lo objetamos), desde sus inicios en la década de los 90. Como prueba de ello, las competencias de “moto piruetas” se hacen por categorías, definidas según la marca del vehículo: “DT 175 Yamaha”, “150 Yamaha”, “Moto Empire” y Moto Bera”, estas dos última marcas con mayor penetración en el país. También, según el número de cambios que posea.

La preferencia de la moto como vehículo en Venezuela incrementó de 4% a 8,6 %, de acuerdo con el censo 2011 del Instituto Nacional de Estadística. La cifra proyectaría la circulación de 800.719 motos, al cotejarse con la existencia de 7.147.904 hogares en la nación. Han transcurrido 4 años del censo, y el mercado de la moto ha crecido… al igual que sus múltiples usos.

Los motores retumban y la velocidad es incalculable, pero es solo la antesala de las piruetas. Es un reto continuo al cuerpo, a las posiciones del vehículo, al arranque, en un trajinar que desafía las leyes de la física. La moto por un lado y el cuerpo por el otro; una moto, en una rueda, y con cuatro personas a bordo; los cuerpos en el suelo y la motocicleta suspendida en el aire; y hasta mono-motocicleta (por tener una sola rueda) con dos personas desplazándose encima de ella… y de pie.

Esta suerte apuestas en las que se generan cada vez más contovertidas formas para echar a andar la moto, tiene su propia organización: La Federación Nacional de Moto Piruetas de Venezuela coordina los eventos de esta especialiadad que ha promovido el Gobierno Nacional. En el marco de la campaña “No Pifiar”, ese fin de semana se celebró en la calle principal de San Agustín, barriada capitalina, la valida nacional en las categorías 2 tiempo y 4 tiempos.

“Para la revolución es un placer estar presentes en actos como este, encontrarse con ustedes y apoyarlos en lo que podamos, esto es posible, porque el Presidente Nicolás Maduro siempre esta pendiente del sector transporte, de ustedes que dan muestras claras de que organizados hacemos que los cambios positivos existan”, expresó el ministro Pedro Infante, con ruido de motores y cornetas de fondo.

Dos ruedas y un fenómeno colectivo catalizado en ellas. Los motorizados apreciados por muchos, más allá de la acera, en acrobacias que debaten los múltiple uso de la moto… pa’ hacer la pirueta.

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