Más comida se prepara en la Fundación Casa del Costurero en Mérida
Ante el almacenamiento prolongado de harina de trigo y de levadura en locales privados, los emprendedores y las emprendedoras, en cohesión, dentro de la Fundación Casa del Costurero preparan productos diferentes a las arepas de trigo y al pan
La arremetida contra el sistema de desarrollo endógeno sustentable venezolano desde el contexto económico capitalista no es pretexto para dejar de producir. Al menos así resulta visible en la Fundación Casa del Costurero, en donde emprendedores y emprendedoras tras reuniones desde hace semanas, progresan en darle sentido práctico al significado de la letra P de los Comité Locales de Alimentación de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Al respecto, María Márquez, integrante de la Fundación Casa del Costurero, dijo lo siguiente:
Somos un grupo de personas tratando de solventar esta guerra económica que nos tienen bastante fuerte, y bueno como ahorita no tenemos harina pues entonces decidimos no pararnos y comenzamos a hacer unos sancochos, vendemos empanadas, pasteles, arepitas rellenas a precios solidarios para ayudar a la gente.
La venta de las arepas se realiza desde las ocho de la mañana. En cuanto a las empanadas, aclaró que se programó la comercialización para la semana pasada. Los sancochos se reparten desde el mediodía.
“Estamos en el tema social ayudando a aquellas personas que no pueden salir de su casa, que están en cama, se les lleva un sancochito y a los que llegan aquí que vienen sin dinero también se les soluciona el problemita de ellos porque esa es la idea, ir hacia adelante sin mirar para atrás”, completó María Márquez.
La realización de transferencias y la disponibilidad de punto en un local cercano para facilitar el pago de los productos, se logró para no exigir efectivo a quienes optan por adquirir lo que se vende en el lugar.
En la Fundación Casa del Costurero, además se vende salsa de tomate casera y variedades de sopa de vegetales. Tiene resúmenes y fotos publicadas en el Facebook La Casa del Costurero. Con los sancochos se sirve yuca. En el lugar, hay ambiente musical.