Lucha contra el racismo está vigente a 50 años del asesinato de Martin Luther King
King luchó por alcanzar la justicia social y conseguir una reforma que reconociera en la población afroamericana los mismos derechos civiles de los blancos, entre ellos, el voto
Este miércoles se cumplen 50 años de aquel 4 de abril de 1968 cuando ocurrió el asesinato del líder social y defensor de los derechos humanos, en especial de los afroestadounidenses en Estados Unidos, Martin Luther King.
Luther King, quien nació en Atlanta, Estados Unidos, el 15 de enero 1929, fue asesinado por James Earl Ray con un disparo en la cabeza cuando ofrecería unas palabras a sus seguidores desde el balcón de un hotel en Memphis.
Dicho atentado formó parte de las múltiples amenazas que recibió este dirigente social por su sueño en abrir el camino para el fin al racismo, lucha que se mantiene viva a 50 de su muerte.
"¿Qué me ocurrirá a mí de parte de algunos de nuestros enfermos hermanos blancos?", preguntó King un día antes de su asesinato, en el púlpito de la iglesia Mason Temple de Memphis a sus seguidores.
"Como cualquiera, me gustaría vivir una vida larga. La longevidad tiene su lugar. Pero no me preocupa eso ahora. Solo quiero realizar la voluntad de Dios, y Él me ha permitido ir arriba de la montaña. Quiero que esta noche sepan que nosotros, como un pueblo, llegaremos a la tierra prometida (vivir en libertad y sin discriminaciones). Estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. No le temo a ningún hombre. ¡Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor!",expresó en el que sería su último discurso.
King luchó por alcanzar la justicia social y conseguir una reforma que reconociera en la población afroamericana los mismos derechos civiles de los blancos, entre ellos, el voto.
El también pastor de la iglesia bautista tomó fuerza cuando en 1955, Rosa Parks, una obrera negra, fue ofendida y detenida por un policía por haberse sentado en una silla "solo para blancos" en un autobús, y haberse negado a cederla al subirse un hombre blanco.
El momento más recordado de King fue cuando pronunció el discurso "Yo tengo un sueño" (I have a dream), el 28 de agosto de 1963, ante más de 250.000 personas concentradas frente al Licoln Memorial Park en Washington, capital de EEUU.
Gracias a su labor, el 14 de octubre de 1964 le llevó a ser merecedor del Premio Nobel de la Paz. Para esa ocasión, el galardón estuvo acompañado de 54.000 dólares, que fueron destinados al Movimiento por la Libertad.