Lorenzo gana su segunda victoria consecutiva
A mitad de carrera, en el garaje de Ducati se empezaba a entender el error. Claudio Domenicali, el jefe, clavaba sus ojos en una única pantalla, inmóvil, serio, ningún comentario hacía. El piloto que se abalanzaba sobre la victoria manejaba su Desmosedici, se vestía con su mono rojo y contentaba a sus patrocinadores, pero ya no era su piloto. Por haberle ofrecido una renovación muy a la baja, Jorge Lorenzo firmó hace dos semanas por Honda para 2019 y, curiosamente, desde entonces, es otro. O, mejor dicho, ha vuelto a ser él. Las cosas de los campeones, de los campeones orgullosos, de los campeones orgullosos heridos. [Así fue la carrera][Así está el Mundial]
Después de abocarse al abismo de la retirada y de asegurarse su futuro en otra marca, el español está descubriendo a todo MotoGP cómo se gana a lo grande con una Ducati. Incluso la extraordinaria actuación del año pasado de su compañero, Andrea Dovizioso, parece ahora insuficiente.
Desde Casey Stoner nadie dominaba así la máquina italiana. Después del triunfo de Mugello, Lorenzo ganó este domingo en Montmeló como más gusta: en la última vuelta se dedicó a saludar a la afición, el margen de ventaja ya era exagerado.
Ahora obliga a considerarle otra vez candidato al Mundial de MotoGP. Hace un mes era vigésimo a 66 puntos del primer puesto; ahora es sexto a 49. Ha recuperado ciertas opciones, aunque el líder todavía es muy sólido.
Sin el halo de semanas atrás, Marc Márquez sigue siendo el más regular. Este domingo, realizó una salida magistral -su habitual punto débil- e intentó aguantar el ritmo de Lorenzo durante varias vueltas, pero en el ecuador de la prueba, al conocer la caída por detrás de Dovizioso, prefirió conformarse con el segundo puesto. Valentino Rossi, tercero (cuarto podio esta temporada), ya estaba en tierra de nadie.
Al acabar la carrera, Lorenzo y Márquez se saludaron con énfasis y bromearon como amigos: los años próximos se esperan muy interesantes. No sería la primera vez que dos compañeros rompen una buena relación justo al empezar a serlo, pero esta vez parece que la competitividad futura entre ambos será sana y Honda disfrutara sobremanera de la misma. En el garaje de Ducati, queda claro, ya han entendido el error.
"Es increíble cómo las cosas cambian en tan poco tiempo. Estoy muy contento. Es verdad que los humanos nos acostumbramos rápido a lo bueno y no estoy tan emocionado como en Mugello, pero este triunfo también es muy importante. He sido competitivo y muy constante. No he hecho una buena salida, me ha pasado Marc, pero luego he sabido mantener la calma, adelantarle y tirar", comentaba Lorenzo en meta después de reunirse con su club de fans con una celebración clásica suya. Para enfatizar su ritmo de carrera, rapidísimo y continuado, lo que él, como Lewis Hamilton, llama ‘Hammer time’, sacó un martillo y se dedicó a juguetear con él.