Opinión

Libertad y agresión

Hace un tiempo hice referencia a la problemática sobre la libertad de decir de todo y la libertad de hacer de todo

Hace un tiempo hice referencia a la problemática sobre la libertad de decir de todo y la libertad de hacer de todo. Hoy es bueno recordar e insistir en esa reflexión sobre el fondo de la libertad, o lo que es lo mismo, sobre la esencia de ella. 

¿Por qué lo digo? Porque estamos en un mundo de guerras y de actos inhumanos que causan grandes sufrimientos. Se trata de gobiernos poderosos y de sus dirigentes irracionales que invaden agresivamente a otros países porque se consideran con la libertad de hacer de todo y, por supuesto, provocan las mayores tragedias de la humanidad: la guerra, el exterminio generalizado o sistemático de poblaciones, o la migración de miles y miles de familias hacia Europa buscando refugio a raíz de la guerra o de la agresión a sus países. 

Decir de todo y hacer de todo es lo que muchos han pretendido en un mundo de libertades, sin reflexionar sobre la esencia de la libertad

En la segunda mitad del siglo pasado, el socialista japonés Kenyuro Yanagida decía que día a día se habla de libertad, pero al mismo tiempo se hace más difícil comprender su esencia, pues cada hombre que pronuncia esta palabra pone en ella un contenido completamente diferente. Mucho antes, Émile Girardin, nacido en París en 1806, fundador de La Presse, dijo que si la libertad de pensar implica la libertad de decir, la libertad de decir implica la libertad de hacer. Se pregunta luego: ¿Debo admitir entonces la libertad de hacer el mal? ¿Pero entonces, en qué deviene la sociedad? 

Esta fue la reflexión de Girardin: “Matar a un hombre y robarle su dinero es un acto criminal penado por la justicia. Matar quinientos mil hombres y robarles el suelo sobre el que han nacido es un acto glorioso inmortalizado por la historia. Si el crimen se pena en el individuo, nadie pena los crímenes de Estado a Estado”.

La libertad no es hacer de todo. En 1974 la ONU creó un Comité que define el crimen de agresión como el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado. Pero nada de esto pudo evitar la invasión a Irak y la agresión que hoy se comete contra otros pueblos como Siria y Palestina, porque el crimen de agresión aún queda sin castigo en el Derecho Internacional

Abogado

/N.A

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