Opinión

Lección desatendida

Todavía a estas alturas resulta difícil para muchos precisar con exactitud las verdaderas causas del revés electoral de las fuerzas revolucionarias el 6 de diciembre

Todavía a estas alturas resulta difícil para muchos precisar con exactitud las verdaderas causas del revés electoral de las fuerzas revolucionarias el 6 de diciembre. La común y más fácil de todas ellas son las colas para la obtención de los productos de la cesta básica que han desaparecido de los anaqueles.

Pero el fenómeno es a todas luces multifactorial.

La incidencia en la decisión del voto del maltrato o la falta de respuesta eficiente al pueblo en infinidad de organismos públicos tiene que haber sido, sin lugar a dudas, una razón determinante en todo ello. No se sabe si por falta de vocación de servicio por parte de empleados que no han sido debidamente formados para atender correctamente al público o por simple sabotaje de escuálidos infiltrados, lo cierto es que mucho del descontento popular debe atribuirse a ese fenómeno.

Los “matavotos”, como se los llama, están regados por toda la administración pública a lo largo y ancho del país haciendo y deshaciendo a su buen saber y entender, más por desidia de los altos mandos que por ninguna otra cosa. Atender el llamado de la revolución a trabajar por el pueblo no es solamente vestirse de rojo y salir a marchar para hacer bulto. Es entregarse con verdadero sentido del compromiso al proyecto de redención del pueblo cualquiera sea la trinchera de lucha.

Sin embargo, pese al contundente llamado a la conciencia revolucionaria que ha hecho ese pueblo con su voto, siguen apareciendo intactos algunos vicios ancestrales arrastrados desde los tiempos del puntofijismo, como si nada hubiera pasado.

El insolente desparpajo de camionetas con placas militares cargando a sus anchas por calles y autopistas la infinidad de equipos de línea blanca subsidiados por el Estado para favorecer a los pobres, son evidencia ambulante del secuestro que se hace todavía con esos equipos desde el estamento militar en detrimento de las oportunidades de los más necesitados.

¿En razón de qué los militares se sienten con derecho a acaparar vehículos, aires acondicionados, neveras, lavadoras, para montar los grandes negociados que se conocen han montado con todos esos vehículos y artefactos?

Si no lo explican bien clarito, la gente, con todo su derecho, cada día seguirá votando cada vez más contra la revolución.

@SoyAranguibel

/N.A

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