Lamento de Fin de Año
Esto es agotador: se acaba el año y Maduro sigue ahí, y no van a decir que desde la MUD no ha hecho nada, porque de todo ha hecho: desde el boicot económico del que hablaba Freddy Guevara, pasando por la recolección de firmas para el referéndum, con firmantes de ultratumba y todo; y ni hablar del cricrí que les montamos a las autoridades colombianas para que dijeran que Maduro es cucuteño, y ellos empeñados en no darnos la razón. ¡Colombianos tenían que ser!… Y el juicio político, carta bajo la manga que a cada rato insinuamos, claro, como perro chiquito que pela los dientes aunque no tiene cómo tirar a morder, pero eso no lo decimos porque se nos arruina el bluff.
Y qué me dicen de las altisonantes convocatorias para marchar sobre Caracas, sobre Venezuela, sobre el cadáver de los chavistas que se niegan a dejarse tumbar. Cada llamado más impactante que el anterior, una vaina como in crescendo: toma tu CNE; después, la Toma de Caracas, que terminó siendo la toma de Chacao; y luego la Toma de Venezuela, que no fue más que una tomadura de pelo. ¡A Miraflores! Mejor hoy no… ¡A Miraflores! Hoy como que tampoco… Aquí entre nos, a Miraflores no vamos porque no tenemos fuerza. Vamos a estar claros: con esos cuatro sifrinos y sus ocho abuelos que no pelan una marcha, no vamos a tumbar a nadie.
Al menos tomamos el Twitter, o eso creímos: viendo el montón de ciberguarimberos pedir “calle” mientras insultan y amenazan a los chavistas para que se asusten y se vayan a Cuba; la Mesa dio rienda suelta a los insultos, ultimátums y convocatorias definitivas. Y los opotuiteros retuit y retuit. Parecía pan comido, pero no: la militancia virtual, virtual es. No sale y peor, ante el fracaso de las convocatorias, descarga su arrechera contra la “Maldita“ MUD, tuiteándonos los insultos y amenazas que antes dedicaban a los chavistas, que ahora los retuitean cagados de la risa.
¡Y ni hablar de lo internacional! Yo creí que no podíamos caer más bajo que cuando Ramos Allup terminó encerrado en un cuartico de la OEA, sentado en un taburete, como castigado y sin Carta Democrática; pero ¿a quién se le ocurrió mandar a Lilian, con su suegra y con Mitzy, a protestar en el Vaticano vestidas de cuero negro y surcadas de cadenas, cual elenco de las 50 sombras de Grey? ¡Así no se puede, vale!