Opinión

La rechifla

Ya se conocerá lo ocurrido en Argentina con el candidato del kirchnerismo que sucedería a Cristina Fernández, quien perdió por una mínima diferencia

Los hilos del poder imperial se mueven como un zurcido invisible para lograr su cometido de desarticular el avance que han tenido las fuerzas progresistas en América Latina en la última década. Se la juraron al kirchnerismo en Argentina, al PT en Brasil y tienen en la mira al chavismo en Venezuela, al movimiento ciudadano en Ecuador y a Evo Morales en Bolivia (Evo se las canta todos los días, en re mayor).

Lo que ocurrió con Zelaya en Honduras y con Lugo en Paraguay fue obra de los gringos. Ellos arman la tramoya, hacen la puesta en escena y después –los muy cínicos– se lavan las manos. En Irak y Libia dicen ahora que se equivocaron con las fulanas bombas y que cometieron un error. Tremendo error: devastaron, arrasaron, barrieron la cultura sumeria –que se levantará seguro, como el ave fénix– y volvieron nada a la nación más desarrollada del norte de África, Libia.

El complejo militar industrial decide el curso de las guerras, qué países invadirá y a cuál presidente sacará del poder, más allá del que ocupe la silla en Estados Unidos. El guion, aunque trillado, se sigue usando. Las acusaciones de narcotraficantes, de terroristas, de violaciones de los derechos humanos, entre otras frases hechas, siguen saliendo a flote. Ahora que se firmó el Acuerdo de Paz entre las Farc y el Gobierno, se suprimirá la imputación a Venezuela de apoyar a la guerrilla de ese país.

Ya se conocerá lo ocurrido en Argentina con el candidato del kirchnerismo que sucedería a Cristina Fernández, quien perdió por una mínima diferencia. Las medidas fondomonetaristas e impopulares de Macri tienen a aquella nación en el dolor. Las protestas y las movilizaciones populares apuntan a una fuerza trabajadora que peleará por sus derechos conculcados de facto.

En Brasil, las trampas desde el parlamento para asfixiar el gobierno del PT de Dilma Rousseff pretenden arteramente sacar a Dilma con elimpeachment y cerrarle el paso a Lula, cuya popularidad espanta a la derecha brasileña. Todo el trabajo para llevar adelante el inicio y desarrollo de las Olimpíadas Río 2016 se debe al gobierno del PT y a los esfuerzos de Dilma y Lula. Por eso, la rechifla que retumbó en el Maracaná contra Temer y que se oyó en todo el mundo –vía satélite– proyecta lo que pasa en Brasil: ¡fora Temer!

Profesora de la UCV

/N.A

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