La negra y terrorífica historia de la MUD
El periodista Pedro Cuartilla andaba en su viejo Malibú y escuchaba música y avances informativos en su emisora predilecta Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve). El día estaba “calichoso” y el reportero pensó llegar hasta el pueblo de La Guardia para ver si conseguía un buen pescado fresco y hasta salado en dicho lugar, y para allá tomó rumbo por la vía que bordea la belleza de la playa de Taguantar, de la cual se ven imponente el monumento de las tetas de María Guevara y hasta se le vino a la mente una estrofa de una canción cantada por Chico Mata, que dice: “Desde el ferry se divisan/ erguidas con esplendor/ son las tetas de una india/ que son poemas de amor…/ “Esta canción, se dijo, si mal no recuerdo es del poeta “Perucho Aguirre”, quien de paso es un cantautor que ha dado mucho por esta tierra, “por esta Margarita la de las viejas campanas” como dice su poema: Dolencias de sal, grabada hace mucho tiempo en una de sus producciones con su conjunto “Collar de Perlas”.
Pedro Cuartilla seguía oyendo música y contemplando la inmensa sabana azul del mar que se pierde en el infinito, cuando recibió una llamada de su amigo Pedro Cachamay, quien después de los saludos, le señaló: “La gente de la MUD cree que el pueblo no los conoce, cuando en realidad son los mismos de la Coordinadora Democrática, quienes fueron los responsables del golpe de estado de 11 de abril del 2002, de los saboteos petroleros y las guarimbas, que se realizaron antes del año 2006, cuando el Presidente Chávez los derrotó contundentemente y por eso cambiaron de nombre; sin embargo, no lo hicieron de “cachimbo” y siguieron con sus planes diabólicos y siniestros, que sólo han traído violencia y asesinatos, como las guarimbas de los años 2013 y 2014 y ahora apoyan de una u otra manera esta guerra económica, pues ni presentan planes de gobierno, ni mucho menos proponen políticas para solucionar el problema, sino más bien ruegan que siga y hasta le echan gasolina a la candela, y así no se puede, amigo Cuartilla”.
El periodista que se había estacionado en el hombrillo para recibir la llamada, observó detenidamente el mar y respondió: “Bueno amigo, qué te puedo decir. ¿Qué puedes tú esperar de éllos? Que te lancen flores, cuando en realidad éllos derivan de una gente que sembró terror en la cuarta República, a través de represiones, torturas, desapariciones y asesinato de estudiantes y líderes políticos…”. Terminó de hablar y siguió su camino.