La mano visible del mercado
Sobre la escasez actual mienten algunos medios privados que se debería a falta de otorgamiento de divisas preferenciales para la importación, y al control de precios (…)
Insisto en comentar los medulares trabajos de Pascualina Curcio Curcio. Sobre la escasez actual mienten algunos medios privados que se debería a falta de otorgamiento de divisas preferenciales para la importación, y al control de precios, que impediría a los capitalistas obtener las exorbitantes ganancias que merecen.
2 Pero demuestra Curcio, cifra sobre cifra, que desde 2003 “tanto la producción como la importación se han mantenido relativamente constantes. Por lo tanto, esa escasez, que se mide en los anaqueles de los establecimientos, está asociada a bienes que han sido producidos pero que no han sido colocados de manera regular, oportuna y en cantidades suficientes en los estantes de los establecimientos comercializadores. En este caso, el boicot no es en la producción, las acciones han estado dirigidas a alterar los mecanismos de distribución de estos bienes y obstaculizar el acceso oportuno y regular por parte de la población a estos mismos bienes”. Demuestra Pascualina que también el consumo de dichos bienes ha sido constante.
3 Pero no desaparecen ni cerveza, ni refrescos, ni alimentos altamente elaborados no regulados. ¿Qué caracteriza a los bienes “desaparecidos”, que reaparecen en manos de bachaqueros? Curcio contesta: 1) son de alto consumo, imprescindibles (la harina de maíz precocida, el café, el arroz, el azúcar, las caraotas, las pastas alimenticias, los huevos de gallina); 2) su producción y distribución se encuentra en manos de pocos empresarios, monopolios u oligopolios; 3) son no perecederos o fáciles de conservar por un período relativamente largo de tiempo. Los que requieren refrigeración se encuentran en los automercados, pero a precios ilegalmente altos”.
4 Concluye Curcio que la causa de las colas y el bachaqueo “se centra en el boicot en el suministro y la alteración de los mecanismos de distribución, es por tanto su supervisión y regulación hacia donde debe dirigirse la política. Es la presencia de pocas, pero poderosas manos en el mercado, las que con intenciones políticas visibles han distorsionado los mecanismos de distribución y suministro de los bienes más necesarios para la vida del venezolano”. En otras palabras, el Gobierno entregó la llave de su marcapasos al adversario económico capitalista al otorgarle 60 mil millones de dólares preferenciales o más para importaciones fantasmas o bienes que luego acaparará. Contra guerra económica, contraofensiva política.
/N.A