Intelectuales convocan a construir un modelo universitario con pertinencia social
Al frente de la jornada, estuvo Marianícer Figueroa, activista del Movimiento por el Conocimiento Libre; y Maritza Capote, directora de Producción y Recreación de Saberes de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Ambas ponentes conversaron sobre los cambios que deben hacerse en las universidades, para asegurar la actividad creadora de los saberes.
Un conversatorio político, denominado “Universidad con mayores niveles de pertinencia social”, fue la propuesta planteada por trabajadores de la Comisión Nacional de las Tecnologías de Información (Conati), para reflexionar sobre un perfil de país que impulse la producción y apropiación social del conocimiento.
Al frente de la jornada, estuvo Marianícer Figueroa, activista del Movimiento por el Conocimiento Libre; y Maritza Capote, directora de Producción y Recreación de Saberes de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Ambas ponentes conversaron sobre los cambios que deben hacerse en las universidades, para asegurar la actividad creadora de los saberes.
Capote al hacer referencia a la responsabilidad del alma máter sobre la gestación de una ciudadanía crítica, insistió en que la universidad ha estado históricamente comprometida. “No hay universidad neutra, ni aunque se piense así. Las preguntas son: con qué, con quién y para qué”,dijo.
Entre las contradicciones que traza el sistema, la activista denunció que las universidades legitiman formas de pensar que reproducen desigualdades. “La racionalidad capitalista pretende ocultar las desigualdades; y cómo estas generan carencias espirituales, intelectuales y sociales. Una constante en todos los modelos educativos que hemos tenido tiene que ver con las dinámicas del capitalismo, de expropiación y dominación”, explicó Capote según señala en boletín de prensa.
“En Venezuela, la jerarquización de lo foráneo, la formación reproductiva, la investigación con escasa pertinencia social y política, son limitantes de la universidad”, remarcó.
Por su parte, Marianícer Figueroa, coincidió con la necesidad de construir nuevos conceptos que resignifiquen otras formas de ver la vida. Hizo énfasis en que uno de los compromisos fundamentales de la universidad es hacer investigaciones militantes, “hechas por o con la gente del valle y no por los que están en la montaña, desde arriba, viendo el valle”, aseveró.
A su juicio, se tiene el reto de construir un conocimiento que “nos liberte de los modos de vida hegemónicos, de la cultura consumista, del pensamiento enajenado”.
Ante las incongruencias y paradojas que encierran las creaciones intelectuales de las universidades, pidió reconocer los derechos morales de quienes construyen información: “Hay reflexiones subyacentes de saber-poder en los espacios pedagógicos. Muchos de los trabajos de ascenso de los profesores universitarios son hechos por estudiantes, y no se les reconoce; tampoco se reconoce el aporte de las comunidades”, puntualizó Figueroa.