Iniciaron las tareas para retirar la cubierta del reactor 1 de Fukushima
La empresa ya había realizado en octubre del año pasado un ensayo preliminar del proceso
La empresa propietaria de la central nuclear de Fukushima, Tokyo Electric Power (TEPCO), comenzó las tareas pertinentes para retirar la cubierta que envuelve el reactor 1, paso importante para avanzar en el desmantelamiento de la planta.
Esta operación permitirá a los operarios retirar los escombros situados sobre el edificio en el que está el reactor y, luego, tratar de sacar las barras de combustible gastado de su interior.
Este revestimiento de poliéster se colocó hace tres años sobre el edificio del reactor, que sufrió una explosión por concentración de hidrógeno en el accidente de 2011, para ayudar a reducir sus emisiones radiactivas, consignó un despacho de la agencia EFE.
A las 18.45 hora de Argentina de ayer (06.45 hora local de hoy) los operarios insertaron un dispositivo tubular suspendido por una grúa en un agujero perforado en la parte del techo de la cubierta para esparcir un producto químico, fijar el polvo que tapiza el edificio y evitar que se difuminen partículas radiactivas en el aire.
Según TEPCO este proceso se realizará durante aproximadamente una semana, en 48 ubicaciones para posteriormente comenzar con el retiro del revestimiento de poliéster, procedimiento que tardará más de un año, indicó la compañía eléctrica.
La empresa ya había realizado en octubre del año pasado un ensayo preliminar del proceso.
En julio de 2014 TEPCO había anunciado que iba a comenzar con las tareas de retiro de la cubierta, sin embargo decidió posponerlas debido a que ese mismo mes se detectó la presencia de material radiactivo en arrozales cercanos a la planta, aparentemente por el polvo que levantó la retirada de escombros que circundaban el reactor 3.
Con esta experiencia, la empresa ideó un nuevo sistema para retirar la cubierta para evitar que la situación se repita.
El accidente en Fukushima, provocado por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, fue el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, y sus emisiones y vertidos radiactivos aún mantienen evacuadas a miles de personas que vivían en torno a la central, además de afectar gravemente a la agricultura, la pesca y la ganadería local.