Opinión

Hermanos chavistas y tal

Espasmódicamente, a la oposición le da por “enamorar” a los chavistas, nunca por amor sino por una necesidad aritmética: los tierrúos son más y votan por el presidente tierrúo

Espasmódicamente, a la oposición le da por “enamorar” a los chavistas, nunca por amor sino por una necesidad aritmética: los tierrúos son más y votan por el presidente tierrúo. Es por eso que desde las redes sociales, sin llenarse los zapatos del barro que hay en esos barrios hurriblis, se montan en asépticas campañas, cursilísimas por cierto, haciendo llamados a los “hermanos chavistas”, sufriendo como Maricori para convencernos de que todos sufrimos lo mismo y del mismo modo y dejando claro, of course, que todo sufrimiento es culpa del chavismo.

“Hermano chavista, tu peo es mi peo”, dicen, y si uno no hubiera vivido tanto en estos últimos 16 años, diría: “¡Qué peo, hermano opositor!”. Pero hemos vivido lo suficiente para verlos no poder sostener sus caretas tantas veces. Sin tener espacio, tiempo ni ganas de reseñarlas todas, voy a referirme a la más reciente caída de careta: la de los cupos universitarios. ¿Tu peo es mi peo?

Les voy a contar cuál es el peo: 80% de la matrícula de las universidades públicas, financiadas por el Estado -valga la redundancia, pero es que hay gente que no entiende- está conformada por bachilleres de colegios privados. Solo 20% de los egresados de la escuela pública tienen acceso a nuestras, sí, nuestras universidades. El mapa estudiantil del país es diametralmente opuesto: 80% de nuestros muchachos egresa de liceos públicos mientras solo 20% lo hace de privados. Una locura antidemocrática basada en lo que los dueños de la academia llaman excelencia. 

La excelencia que ampara mafias vendecupos, que hizo de nuestras universidades clubes privados cuyas acciones cuestan un ojo de la cara. La excelencia Gabi Arellano y otros eternos líderes estudiantiles, la excelencia de graduar a miles de profesionales de espaldas al país, la excelencia del ¡no “acateremos”! Entonces el clasismo les tumba las caretas y blanden sus finas plumas endilgándonos un resentimiento que es solo de ellos: “La idea está clara: pretenden invadir las universidades con miles de malos estudiantes, con mediocridad como mérito y animadversión a la perfección como consigna con el objetivo final de controlarlas”. Pero como bien alegaba la profesora Gisela Kozak en un desgarrador artículo, al régimen no le importa, solo le interesa ensuciar. 

¡Ensuciar, hermano chavista! 

@tongorocho

/N.A

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