Opinión
Hace un mes
Dos semanas han pasado desde que la AN, en un arrebato melodramático, gritó al mundo que Nicolás Maduro “abandonó el cargo”, “¡se fue por ahí!”. Poco le importa al Parlamento que los gobiernos del mundo vean al presidente venezolano despachar todos los días desde Miraflores y mantener relaciones con todos los países. Para la oposición engreída, solo existe lo que ella declare. Dentro de 15 días estará gimoteando con los Corraleros de Majagual: “Hace un mes que no te veo”.