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Hace tres años una guaya de «La Salida» degolló a Elvis Durán

El 22 de febrero de 2014 se cumplían diez días de la activación de un plan de violencia callejera, promovido por Leopoldo López. En ese lapso, "La Salida" —como fue denominada el atajo golpista— ya sumaba siete asesinatos. Una de las víctimas cayó degollada por un alambre púa.

Su nombre era Elvis Durán, entonces sólo tenía 29 años. La noche de aquel 22, un día después de su cumpleaños, regresaba en moto a su casa, luego de una jornada de trabajo como lo hacía todos los días para mantener a su hija, que para ese momento tenía seis años de edad.

Todo ocurrió en la avenida Rómulo Gallegos del municipio Sucre, estado Miranda. A pocos kilómetros de su casa.

No fue un accidente. El asesinato de Durán fue parte del plan  "La Salida" para sembrar terror en la población, crear conmoción con una ola de violencia generalizada en todo el país, responsabilizar al Gobierno y con ello derrocar al presidente Nicolás Maduro, electo por la mayoría de la población once meses antes.

La estrategia, iniciada en los municipios de clase media gobernados por la oposición, consistía en tender alambres, de noche, en las vías públicas para degollar a los desprevenidos que transitaban por esas mortales arteriales viales. Los motorizados que salían a diario a trabajar fueron las principales víctimas. Solo con ese método terrorista, La Salida de López dejó un total de ocho asesinados: Elvis Durán fue el primero.

"La Salida" se extendió hasta el mes de junio de ese año. El plan le sirvió a la ultraderecha como escenario para cometer vandalismo, acciones fascistas y asesinatos. Los ataques incluyeron no sólo colocación de guayas para degollar motorizados,  también tiros de gracia a quienes intentan liberar vías bloqueadas. Fueron en total 43  venezolanos asesinados, el número de heridos sobrepasó los 800.

Todos esos hechos han sido silenciados o tergiversados por algunos medios de comunicación social y actores políticos, e incluso por algunos organismos internacionales de DDHH que pretenden presentar a los autores intelectuales y materiales de la violencia como las "víctimas" de esos sucesos.

Otros factores de derecha han banalizado la muerte de Durán y los fallecidos en La Salida. En enero de 2016, el entonces presidente del Parlamento, el adeco  Henry Ramos Allup, minimizó el drama de las familias de las víctimas fatales de las guarimbas y abogó por la liberación de López como promotor del plan golpista. López cumple condena en Ramo Verde por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad, incendio y asociación para delinquir.

Las figuras de los partidos de derecha nunca han pedido perdón públicamente por los asesinatos causados por la activación de su plan violento. Al contrario, en ellos ha prevalecido un desprecio hacia el pueblo. No en vano, Ramos Allup se refirió a Elvis Durán como "el tal muerto de la guaya".

 

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