Hace 3 años falleció Gabriel García Márquez
La muerte de Gabriel García Márquez no ha hecho más que vitalizar y viralizar el repertorio mágico de anécdotas, frases, discursos y textos del prodigioso escritor colombiano a lo largo de su vida.
Estas son algunas de las mejores frases del “inmortal” Gabo:
– Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero solo soy el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar porque sé que no se pueden creer. En el Boletín cultural n.º 158. Madrid, 1995.
– La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener. En 13 líneas para vivir.
– Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto. En Diecisiete ingleses envenenados.
– La música me ha gustado más que la literatura. En Juventud rebelde, La Habana, 1988.
– La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico. En Reforma, México, 2000.
– Hay que ser infiel, pero nunca desleal, de El coronel no tiene quien le escriba.
– Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor. De El amor en los tiempos del cólera.
– La calidad de la noticia se ha perdido por culpa de la competencia, la rapidez y la magnificación de la primicia. A veces se olvida que la mejor noticia no es la que se da primero, sino la que mejor se da. En Semanario "Radar", Argentina, 1997.
– El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre, de Memoria de mis putas tristes.
– Nunca me he cansado de decir que ‘Cien años de soledad’ no es más que un vallenato de trescientas cincuenta páginas. Citada en el libro ‘El mundo según Gabriel García Márquez’.
– El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo. De El otoño del patriarca.
– Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací. En El País, La Habana, 2005.
– El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad.- Asamblea de la SIP, 7 de octubre de 1996.
– La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla. Epígrafe de sus memorias Vivir para contarla.
– La novela es como el matrimonio: se le puede ir arreglando todos los días… Y el cuento es como el amor: si no sirvió, no se puede arreglar. Al publicar Crónica de una muerte anunciada.
– América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas. Discurso en la entrega del premio nobel de literatura en Suecia.
– Toda buena novela es una adivinanza del mundo. En la Revista Nacional de Cultura.
– Sería ideal que un niño dedicara parte de su fin de semana a leer un libro hasta donde pueda y hasta donde le guste -que es la única condición para leer un libro-, pero es criminal, para él mismo y para el libro, que lo lea a la fuerza en sus horas de juego y con la angustia de las otras tareas. De Manual para ser un niño.
– Un buen escritor puede ganar buen dinero. Sobre todo si trabaja con el gobierno. De Vivir para contarla.
– La ética debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón. Asamblea de la SIP, 7 de octubre de 1996.
– El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. De Cien años de soledad.
– No hay anuncios de cometas ni eclipses, que yo sepa, ni tenemos culpas tan grandes como para que Dios se ocupe de nosotros. Del amor y otros demonios.