Esto es lo que sucede cuando comes despacio
Un aliento fresco y saludable depende de diversos hábitos diarios, como la limpieza de la boca, el cuidado con el cepillo de dientes y también la alimentación. Pero no sólo se trata de lo que comemos, sino también de cómo lo hacemos. Comer rápido o despacio influye en gran medida sobre el aliento.
Al comer despacio, estimulamos la cantidad y la calidad de saliva que produce el cuerpo. De ahora en adelante, si quieres tener un aliento fresco, reserva unos minutos más para tus comidas.
Mientras masticamos lentamente y apreciamos mejor el sabor de los alimentos, estimulamos la producción de saliva. Entre más saliva tenemos, más fácil resulta limpiar la boca.
“La saliva capaz de prevenir el mal aliento es aquella que puede desempeñar funciones básicas como la lubricación de la mucosa oral y la hidratación de la cavidad oral”, explica Marignes Theotonio Dutra, experta de la ABHA (Asociación Brasileña de la Halitosis).
Según la experta, comer despacito quiere decir masticar más veces, aumentando la estimulación de varias glándulas salivales. Aquellos que mastican varias veces durante el día siempre están con una “saliva fresca” en la boca, lo que ayuda a mantenerla limpia.