La Administración de Donald Trump ha suspendido todas las solicitudes de inmigración presentadas por ciudadanos de 19 países, entre los que se encuentran Venezuela, Cuba, Haití, Irán, Somalia, Sudán, y otros 13 estados (Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Libia, Yemen, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán).
Matthew Tragesser, portavoz del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), confirmó la medida, argumentando que el objetivo es asegurar que solo «los mejores entre los mejores» se conviertan en ciudadanos, pues «la ciudadanía es un privilegio, no un derecho». La prohibición detiene el procesamiento de tarjetas de residencia permanente (tarjetas verdes), naturalizaciones y otros trámites migratorios supervisados por la agencia para amplios sectores de la población afectada.
Abogados de inmigración reportaron la cancelación inmediata de entrevistas en las oficinas del USCIS y de las ceremonias de naturalización. Medios locales informaron que algunos inmigrantes, que habían esperado meses o años, se enteraron de la suspensión al presentarse en las oficinas, sin recibir ninguna explicación o instrucción clara sobre cómo proceder. Se estima que la decisión afecta a aproximadamente 1.5 millones de personas que tienen solicitudes de asilo pendientes, además de 50.000 personas que recibieron concesiones de asilo durante la administración de Joe Biden, quienes podrían verse alcanzadas por esta nueva medida.
