“Esos chavistas parecen locos”
“…Once mil muertos, 312 presos y varios pranes “firmaron” para pedir referéndum. “EL Picure”, peligroso delincuente dado de baja, fue uno de los primeros en estampar su impronta digital. Le siguieron reclusos que ni saben que firmaron y millares de difunto-firmantes salidos de sus tumbas como en un video de Michael Jackson. El fraude es espeluznante. En lugar de políticos para revisar las firmas, los partidos debieron enviar médicos patólogos y antropólogos forenses. ¡Vade retro!…” Este texto del profesor Earle Herrera, lo escuchó el periodista Pedro Cuartilla, como preámbulo del Correo Margariteño, que transmite su emisora favorita Mundial Margarita(1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve) de lunes a viernes de 7 a 8 de la mañana, y pensó: “Esta gentecita no cambia, siguen anclados en el pasado y haciendo las mismas marramucias de siempre. “Puerco pollero ni que le quemen la trompa”.
El periodista que andaba en su viejo malibú por las calles de Santa Ana, se estacionó cerca de la plaza y ahí escuchó que lo llamaba Sabás Ávila Rojas, un militante fanático de la oposición, quien luego de saludarlo, le soltó la siguiente frase: “Esos chavistas parecen locos”.
El periodista observando la majestuosa belleza del templo del citado pueblo, donde nació la III República y que fue restaurado por el gobierno Bolivariano, preguntó ingenuamente: ¿A qué se debe esa expresión?
– Porque cuando la Asamblea Nacional aprobó el acuerdo para la aplicación de la carta Democrática de la OEA, muchos venezolanos empezaron a decir que nosotros, o sea la oposición, éramos apátridas, que no le teníamos una “ñinguita” de amor al País, al hacer eso y a presionar a Luis Almagro para que la propusiera ante la Organización de Estados Americanos.
– Pero me parece, que no es ninguna locura, dijo el periodista.
– ¡Ay, Cuartilla¡ tú podrás ser muy ilustrado, pero sigues siendo ingenuo o te las das, pues si uno quisiera a este País, no estuviéramos en contra de que este gobierno le estuviera dando tanto poder y beneficios al pueblo, a hombres tierrúos y a mujeres horribles y mal vestidas, como dice la compañera, esposa de Ramos Allup, el hombre más grande que ha dado Venezuela. Ah, de paso, si sintiéramos un poquito de amor por esto, no estuviéramos una historia tan violenta, como la que tenemos.
El periodista oyó un rato más a Sabás, luego se dirigió a su viejo malibú, y una vez sentado en éste, exclamó: ¡Ave María purísima, qué manera de pensar¡
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