¿Es seguro reutilizar las botellas?
Por otro lado, las botellas de plástico flexible hechas de tereftalato de polietileno, conocidas como PET por sus siglas en inglés, son 100% reciclables y no usan el Bisfenol A como aditivo. Se pueden identificar por su símbolo triangular negro
¿Hay riesgo de fuga de químicos?
Como indica BBC Mundo, uno de los mitos que abundan en Internet y que pasan de boca en boca es el de que las botellas de plástico pueden liberar en el agua componentes tóxicos para la salud. " En términos generales no hay problemas de seguridad para la salud al reutilizar las botellas de plástico", señala a Ana Troncoso, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Sevilla, en España. Sin embargo, hay algunos matices interesantes que conviene aclarar.
La polémica del BPA o Bisfenol A
Según la experta, está demostrado científicamente que los recipientes de plástico rígido a base de policarbonato que contienen el aditivo BPA o Bisfenol A sí lo pueden liberar sobre el cont enido.
De hecho hace unos años un estudio del centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos encontró que más del 90% de los estadounidenses tenían trazas de esa sustancia en la orina.
En efecto, en nuestra vida diaria estamos expuestos a esa sustancia desde una multitud de fuentes: el Bisfenol A o BPA es un producto químico muy común asociado a los envases de policarbonato y utilizado para fabricar todo tipo de termoplásticos moldeables, no sólo botellas sino también latas de alimentos y bebidas, recibos y extractos bancarios, CDs, etc.
Lo que ocurre, según explica Troncoso, es que la cantidad de esa sustancia que se libera desde las botellas es tan mínima que muchas autoridades reguladoras de la salud, como la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria o la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), no la consideran un peligro.
No obstante, puntualiza la experta, la BPA o Bisfenol A forma parte de un grupo de sustancias que se están reevaluando constantemente a nivel científico para descartar que sean potencialmente dañinas.
En estudios con animales y en dosis muy altas, según Troncoso, se ha relacionado esta sustancia con problemas endocrinos. Y por un principio de precaución, en Europa está prohibido su uso en productos destinados para la lactancia y la edad temprana, como los biberones o las vajillas para niños, dice Troncoso.
También está demostrado que si el plástico se somete a temperaturas muy altas se multiplica la liberación de este aditivo.
Sin embargo, en su reevaluación más reciente de enero de 2015, la autoridad europea concluyó que "el BPA no constituye ningún riesgo para la salud de los consumidores de ningún grupo demográfico (incluidos fetos, niños y adolescentes) en los niveles actuales de exposición", que están muy por debajo de los niveles diarios establecidos como tolerables.
Por otro lado, las botellas de plástico flexible hechas de tereftalato de polietileno, conocidas como PET por sus siglas en inglés, son 100% reciclables y no usan el Bisfenol A como aditivo. Se pueden identificar por su símbolo triangular negro.
El verdadero riesgo: un nido de bacterias
Los expertos coinciden en que el mayor riesgo para la salud asociado a la reutilización de las botellas de plástico es microbiológico. Por un lado el deterioro por el uso diario de la botella puede provocar la rotura física del plástico, en forma de rayazos, grietas o quiebras en el material poroso. "Su resistencia mecánica está pensada para un único uso", recuerda Troncoso.
Esos fallos en el material son un lugar idóneo para albergar bacterias, lo cual puede ser un riesgo para nuestra salud. Por otro lado, a menos que las botellas sean lavadas regularmente, la reutilización de los envases de plástico conlleva una contaminación bacteriana, con microorganismos procedentes de nuestra propia boca, nuestras manos o por exposición medioambiental.
Así que si insistes en rellenar esa botella de agua, al menos puedes seguir estas recomendaciones para minimizar riesgos: antes de usarla inspecciónala bien para asegurarte de que no tiene roturas y lávala con un detergente suave después de cada uso.