Energumenismo
Edgar Morin dice que homo sapiens es también homo demens y homo hystericus
Antes la burguesía disimulaba. Su «moral» vivía del fingimiento, de la hipocresía, del fariseísmo. Ahora no. Ahí tienes a Bolsonaro, a Macri, a Trump, a Vox, a la Liga Norte en Italia… Racismo, machismo, homofobia, misoginia, violencia, histeria, fascismo. A lo descarado. A lo bestia. Un fantasma recorre el mundo, el fantasma del energumenismo.
Hay pocas manifestaciones callejeras del fenómeno, tipo la Italia fascista o la Alemania nazi, pero ya en Venezuela hubo personas quemadas vivas por estas calles porque «parecían chavistas», nefando delito tipificado en el novísimo código penal de facto de la ultraderecha. Iba a decir venezolana pero no, porque eso obviamente viene en un guion importado. Hubo quemados en el clon de guarimba perpetrado en Nicaragua. O sea, es un guion. Por ahora, claro. En Colombia ya vienen asesinando líderes sociales.
Masivamente. Ya lo decidirán las redes sociales —el novísimo método de manipulación de masas—, que cada día más absorben la vida social entera. Ya hacemos casi todo vía algún terminal digital. Pronto será todo, por ejemplo, pronto podré inseminar artificialmente a alguna mujer en el Japón mediante un servicio de encomienda ad hoc y vivir con ella la crianza mediante algún servicio de videoconferencia. Ponle. Pero hablábamos de la histeria de la ultraderecha.
Ante Vox los partidos de derecha de España son de izquierda. Ciudadanos había sobrepasado el PP, pero ahora hasta Ciudadanos está sobrepasado por Vox y no sé cómo va a hacer con ese problema. Hasta Trump está sobrepujado por Bolsonaro, que exhibe impúdicamente un energumenismo que haría ruborizar a Mussolini y a su alumno Hitler, que a su vez rebasó a Mussolini, que hay que ver. Y así van, superándose unos a otros. Y otras. En Venezuela hemos alcanzado un nivel de conciencia que nos protege deso.
Edgar Morin dice que homo sapiens es también homo demens y homo hystericus. Sic transit homini vita. Lo dije en latín, o sea, es verdad. De vez en cuando, decían los griegos —o sea, más verdad todavía— que los dioses y diosas nos inducen locura y es la guerra. Bueno, algo de esa chifladura es este energumenismo.
En Venezuela, a pesar de 29 compatriotas quemados vivos, todavía no hay Bolsonaro —lo siento María Corina, todavía te falta.
Roberto Hernández Montoya
@rhm1947