Entre los siglos XV y XVII, Europa registró una racha de inviernos increíblemente duros y una bajada general de las temperaturas. El evento se conoce como La Pequeña Edad de Hielo , y trajo espectáculos tan poco comúnes como el río Támesis completamente helado. En 2050 podría volver a ocurrir.
Aún no hay un consenso científico al respecto, pero muchos astrofísicos creen que la Pequeña Edad de Hielo tuvo su origen en el Sol. Entre 1645 y 1715 el Sol entró en un período de baja actividad.
La mayor parte de manchas solares desaparecieron y la calma en la superficie de nuestra estrella provocó una reducción de la radiación ultravioleta que emite. A este evento se le conoce como Mínimo de Maunder , y muchos científicos creen que fue el responsable de un enfriamiento global aquí en la Tierra.
Un río helado. Hendrick Barentsz, 1625.
El mínimo de Maunder no fue el primero de su clase ni un fenómeno especialmente raro en términos astronómicos. El Sol pasa por períodos cíclicos de 11 años con momentos máximos y mínimos.
De vez en cuando, esas oscilaciones son anormalmente intensas y dan lugar a un gran mínimo. Eso fue precisamente lo que ocurrió durante el Mínimo de Maunder, y eso es lo que el astrofísico Dan Lubin y su equipo en la Universidad de California creen que va a ocurrir en 2050.
Según los cálculos de Lubin, hacia 2020, el Sol entrará en un gran mínimo que hará descender la temperatura de nuestro planeta unas décimas de grado celsius.
No es suficiente como para detener el calentamiento global, pero sí lo es para crear las condiciones de una pequeña edad de hielo, con inviernos muy duros y un clima poco convencional.
Según los resultados del estudio publicados en Astrophysical Journal, el período de temperaturas mas bajas se extenderá entre 2020 y 2070, con su máximo efecto en 2050.