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El pueblo peregrino y piadoso de San Cristóbal acompañó el viacrucis
El pueblo peregrino y piadoso de San Cristóbal acompañó El Viacrucis. El camino al calvario que padeció Jesús y que invita a imitar a Cristo y a consolar su sufrimiento a través del amor a los hermanos.
La feligresía estuvo acompañada por los obispos, sacerdotes, religiosos y grupos de apostolado, quienes participaron junto a Monseñor Lisandro Rivas, obispo diocesano y monseñor Juan Alberto Ayala, obispo auxiliar.
En este ejercicio de piedad, participaron las parroquias eclesiásticas de la zona metropolitana y cientos de fieles, quienes recorrieron las 15 estaciones, partiendo de la avenida Carabobo hasta llegar a la iglesia Sagrario Catedral, donde, con motivo del Año Jubilar, los fieles entraron por la Puerta Santa para recibir la Indulgencia Plenaria.
La meditación a lo largo de las estaciones se centró en valorar el sacrificio de Jesús para ganar la vida eterna a la humanidad.
Monseñor Lisandro Rivas, recordó que en el tiempo actual, el dolor de Cristo permanece en los enfermos, los necesitados, los privados de libertad, las familias separadas, los migrantes, las víctimas de la guerra y de tantas acciones que atentan contra la dignidad humana.
Ante esto, se oró por la conversión de los pecadores, el consuelo a los que sufren y para que el perdón, la reconciliación, la solidaridad y el buen trato a los hermanos, alivien los sufrimientos y aviven la esperanza en la construcción de un mundo mejor.
La cruz fue llevada a través de cada estación por las madres, los jóvenes, los cuerpos de seguridad, los maestros, los profesionales de la salud, deportistas periodistas, seminaristas, y sacerdotes.
Al llegar a la Catedral, luego de recitar la oración del jubileo, monseñor encabezó la entrada al templo para meditar la última estación, la resurrección de Jesús, y allí pronunciar la Indulgencia Plenaria del año Jubilar.
El obispo agradeció la presencia del Pueblo de Dios y expresó que en este día la ciudad peregrina de esperanza, acompañó a Jesús y renovó la piedad y la fe para seguir caminando de la mano con su Iglesia Diocesana.
También expresó su gratitud a todas las parroquias, servidores y a los cuerpos de seguridad que prestaron apoyo a la actividad.
Hacer conciencia de todo lo que dió Jesús
A la parroquia Dios Padre Misericordioso de Monterrey, le correspondió la segunda estación. El Padre Joel Javier Escalante explicó que el camino de la cruz es hacer conciencia de todo lo que vivió Jesús, «el toma nuestra cruz y la carga para que nosotros también carguemos la cruz de los demás haciendo el bien. La ciudad se viste de penitencia, caminando hasta la catedral y con este sudor y cansancio, que es mínimo en comparación, recordamos lo que el sufrió por nosotros».
Para Escalante la feligresia se está tomando en serio el compromiso con Cristo Jesús en medio de la iglesia católica, «lo mas impresionante es la cantidad de niños y jóvenes que nos acompañan, porque son el futuro de la iglesia».
La cantidad de fieles que han acudido a las iglesias para la confesión, representa que el pueblo venezolano ha tomado conciencia, «se ha ido tomando conciencia de los errores que se han cometido a lo largo de los años y se ha dado cuenta que tenemos que buscar de Dios y pedir perdón por tantas infidelidades que hemos tenido contra el Señor», concluyó.
