Opinión

El pueblo, definitivamente, el pueblo

“Navidad que vuelve/ tradición del año/ unos van alegre/ y otros van llorando… Pedro Cuartilla al escuchar este aguinaldo en su emisora favorita Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), rápidamente reflexionó: “En verdad que diciembre es un mes alegre, independientemente de nuestras creencias, raza y religión. Es un mes de paz y reflexión”.

El periodista pensaba en el garaje de su casa y un alboroto de guacharacas le hacían el coro a sus reflexiones que eran también como pájaros lanzadas al viento para ver si volaban hasta sitios seguros, donde las pudieran apreciar y tenerlas siempre en cuenta.

En eso estaba el periodista calentando su viejo malibú para salir a su faena, cuando un vecino, muy amigo por cierto, pasó por ahí, lo saludó y entabló conversación con él:

“Amigo, Cuartilla, como sé que tú eres periodista, y yo un simple mortal, o sea yo no tuve la oportunidad de llegar a la Universidad, quiero darte mi modesta opinión de la actual situación del país y mucho más ahora que se acerca la natividad del señor. En mi tiempo, que ya son bastante años, estos eran días para el recogimiento y la paz, de compartir alegrías. Por eso no entiendo si ya pasaron las elecciones, la gente del gobierno cae en el juego de los bocazas de la oposición y le practica una confrontación política, que lo agota, que es precisamente lo que busca la oposición; distraerlo del problema real que es la economía; cuando en realidad lo más ideal, es replegarse, tomar fuerzas, escucharlos tranquilamente, para analizar y discutir cuál va a ser la estrategia a seguir cuando ellos en verdad tomen sus cargos en la Asamblea.

-¿Puede ser más explícito? Acotó el periodista.

– Bueno, que a mi modo de entender a través de todos los años de vida que tengo, es que hay que replegarse y llegado el momento tu rematas, al igual que un boxeador cuando pasa el golpe en la cuerda, quien deja que el contrario se agote lanzando golpes a diestra y siniestra.

El periodista habló un rato más con su vecino, arrancó su viejo Malibú rumbo a un sitio ya determinado y pensó: “El pueblo, definitivamente, el pueblo es sabio. Su palabra en estos momentos debe ir adelante”.

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