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El pesebre andino exhibe en navidad el don creativo y la unión familiar

El tradicional pesebre andino es mucho más que una representación del tiempo y lugar del nacimiento de Cristo. En Los Andes venezolanos, el pesebre expresa los dotes creativos de quienes lo construyen y por paradójico que parezca, no es el pesebre más bello, aquél en el que más dinero se invierte.

Contorneadas montañas, casas en miniatura hechas de caña brava o carrizo, capillas de arcilla, ovejas de anime, un estanque de agua con peces, una virgen, un San José, un niño y una mula tejidos a mano, pueden ser algunos de los particulares adornos, que hallaremos en los pesebres de la serranía merideña.

Adriana Duque, es andina radicada en Mérida, nacida en Pregonero, en el estado Táchira. Recuerda que en los pueblos la tradición navideña, tiene mucho más que ver con el hacer y ser, que con el comprar y gastar.

"La abuela Alejandra hacía con mucha antelación y esmero los adornos del pesebre. Con sus propias manos, tijera y cuchillo, tallaba las ovejas con palo de anime, luego les ponía algodón natural. Igual hacía con cada adorno y detalle, que en navidad tenía el pesebre", cuenta Adriana en entrevista con La Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Ella y dos familiares trabajan esta navidad en la confección de pesebres tejidos con lana, que luego comercializan a través de redes sociales.

"Hoy día la gente prefiere comprarlos, pero el arte está en hacerlos", asegura sonriente.

Y es que no se equivocaba Dario Novoa Montero en su libro Paradura del niño, publicado en 1980, cuando advertía que "Nuestro pueblo da numerosas formas a sus pesebres. Muchas obedecen a una mano artística que ha puesto sus notas, que ha creado una obra cuando realiza las contorneadas figuras".

Para Genrry Flores, jefe del gabinete estadal del Ministerio para la Cultura en Mérida, aunque el origen de los pesebres se puede rastrear hasta Europa, el valor tradicional y cultural del pesebre actual, son agregados propios de la región andina venezolana.

Destaca que el particular pesebre, la tradicional paradura vinculada a éste, el robo del niño, el rezo cantado, la procesión por alrededores de la casa o comunidad, "Son atributos propios y nuestros. A partir de ahí, se genera identidad", resalta.

El pesebre de Los Andes, representa por la mano de sus creadores, la forma ideal en que estos anhelan el año venidero: Bendecido espiritualmente, próspero en las cosechas, fructífero en el trabajo y de armonía entre humanos.

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