Ciencia y Tecnología

El origen de la Luna puede ser diferente al que se cree

Durante casi tres décadas la comunidad científica ha estado conforme con la teoría de que en los primeros 150 millones de años del Sistema Solar, un cuerpo gigante golpeó la Tierra y creó una enorme nube de rocas y escombros en el espacio, que se unió para formar la Luna

Científicos de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, generaron una huella digital isotópica de la Luna que abre nuevas interrogantes sobre su origen, según un estudio divulgado este jueves en la revista Nature.

Durante casi tres décadas la comunidad científica ha estado conforme con la teoría de que en los primeros 150 millones de años del Sistema Solar, un cuerpo gigante golpeó la Tierra y creó una enorme nube de rocas y escombros en el espacio, que se unió para formar la Luna.

Aunque ese escenario tiene sentido, al comparar sus composiciones isotópicas -que es el equivalente geológico del ADN– la Tierra y su satélite natural son demasiado parecidas.

La expectativa ha sido durante mucho tiempo que la Luna debe llevar la huella isotópica del cuerpo extraño que chocó contra la Tierra, que los científicos denominaron Theia; pues debido a que Theia vino de un lugar fuera del Sistema Solar, es probable que tenga una huella muy diferente a la de la Tierra primitiva.

Para aclarar ese cabo suelto, los investigadores norteamericanos fueron los primeros en conciliar el modelo aceptado de formación de la Luna con las huellas isotópicas inesperadamente similares de ambos cuerpos, de acuerdo con Nature.

Richard Walker, uno de los autores del estudio, explicó que los resultados sugieren que el impacto de Theia en la Tierra primitiva fue tan violento que la nube de escombros resultante se mezcló a fondo antes de asentarse y formar la Luna.

El problema es que la Tierra y la Luna son muy similares en cuanto a sus huellas isotópicas, lo que sugiere que ambos cuerpos están formados del mismo material que se reunió a principios de la historia del Sistema Solar, añadió Walker.

El especialista apuntó que se trata de un descubrimiento sorprendente, pues se esperaba que el cuerpo del tamaño de Marte que creó la Luna fuera muy diferente, así que el dilema está en que la Tierra y la Luna no deberían ser tan similares como son.

Este resultado nos lleva un paso más cerca de comprender la relación familiar estrecha entre la Tierra y la Luna; todavía tenemos que trabajar en los detalles pero está claro que nuestro sistema solar primitivo era un lugar muy violento, concluyó Walker.

/N.A

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