El aburrimiento en nuestros hijos los ayuda a crear creativamente
Las vacaciones de nuestros hijos es una etapa en la que pueden estar muy entretenidos y divertidos, pero a la vez muy aburridos. Los menores suelen tener un nivel de actividad intenso que los lleva a pasar en un tema y en otro, lo que los lleva a decir frecuentemente que “me aburro, no sé que hacer”. Son esas frases las que muchas veces aturden a los padres.
El aburrimiento es un estado que debe ser considerado como parte del día a día de un niño. Se les debe permitir que se aburran, que se hagan cargo de su tiempo y que desarrollen la capacidad de buscar soluciones y alternativas. Cuando un niño se aburre; piensa, idea, crea.
Por otro lado, se conecta consigo mismo, explora su mundo interno y externo; y, tiende a buscar actividades o acciones que puedan sacarlo de esta situación. Esta experiencia les permitirá ser más flexibles cognitivamente, más tolerantes, comprometidos y por tanto más resolutivos.
Esta es una herramienta facilista para los padres, donde lo único que le proponen al niño, en la mayoría de los casos, son alternativas que sólo ocupan su tiempo, lo entretienen; y, lo habitúan a estar todo el tiempo con estímulos de gran intensidad visual y auditiva, que muchas veces se repiten compulsivamente y de los cuales es difícil desprenderse.
Si los niños están siempre ocupados, entretenidos y más aún si los padres están todo el tiempo organizando sus actividades y llenando sus espacios libres, podrían obstaculizar el desarrollo de estas habilidades.
Cuando los padres escuchan a sus hijos decir que se aburren, suelen preocuparse y cuestionarse si están haciendo bien las cosas, o si les están ofreciendo las alternativas necesarias para que no se aburran, asociando la situación con la soledad.
Pero el concepto de aburrimiento no debe preocupar, si es que como padres les estamos dando atención y tiempo de calidad, por el contrario debe ser entendido como un espacio libre y positivo, como el paso previo a pensar, intentar, lanzarse, atreverse, probar y no como un concepto de soledad.