Ecuatorianos desconfían de la «capitulación» de Lenín Moreno
Se ganó una batalla, pero no la guerra. Es así como se puede apreciar la situación en Ecuador, donde la presión popular obligó al presidente, Lenín Moreno, a derogar un decreto económico que, entre otros efectos catastróficos para la ciudadanía, disparaba los precios de los combustibles.
Es el diagnóstico hecho por Rubén Suárez, director internacional de la red radial latinoamericana CONAICOP, quien dijo a Radio Sputnik que se trata de "una victoria a medias".
Indicó, en este contexto, que acreedores como el Fondo Monetario Internacional "no le van a permitir" al mandatario ecuatoriano que retroceda en la implementación de medidas de ajuste.
Consultado sobre el cese al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roque Moreira, y al comandante del Ejército, Javier Pérez, señaló que se hizo "porque había que sacar a alguien, imponer a alguien como responsables de la represión realmente muy cruel".
Subrayó que "en realidad el responsable de la represión fue el que dio la orden", así como quienes "se callaron la boca", entre ellos el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
En esta línea, hizo la pregunta retórica sobre "qué hubiera pasado si esto que aconteció en Ecuador hubiera ocurrido en Venezuela".
Rubén Suárez insistió en el carácter pacífico de las manifestaciones populares, donde la agresión provenía exclusivamente "del Estado".
En ese punto coincidió el Doctor en Ciencias Sociales José Egido, experto en asuntos internacionales, quien subrayó que el pueblo no llegó a llevar la insurrección "hasta el fin", aunque sí pudo hacerlo.