Opinión

Docentes siempre formándose

El ministerio del área ha presentado a debate una propuesta de reglamento de ingreso y ascenso en la profesión docente, donde uno de los temas clave es la formación en servicio: ¿cómo asegurarla durante toda la vida profesional de cada educadora o educador?

El ministerio del área ha presentado a debate una propuesta de reglamento de ingreso y ascenso en la profesión docente, donde uno de los temas clave es la formación en servicio: ¿cómo asegurarla durante toda la vida profesional de cada educadora o educador? Necesitamos que ellas y ellos estudien, produzcan, investiguen y sean capaces de trabajar cada día mejor. Y necesitamos que el Estado los apoye para que puedan transitar por ese camino. La propuesta contempla tres programas a lo largo de la carrera. De este modo, la formación no es un agregado de iniciativas dispersas sino que puede constituir un conjunto coherente de estudios, pertinente para cada caso: profesor de matemáticas, directora de un liceo, maestra de preescolar… 

Notamos que la preparación esbozada resulta variada y retadora, pues no consiste solo en asistir a clases. Considera, sí, la realización de cursos, talleres, seminarios y otras experiencias dirigidas a la reflexión pedagógica

Pero a ellas suma la elaboración de informes de sistematización reflexiva de la propia práctica docente, así como el análisis, la creación, la implementación y la evaluación de innovaciones educativas: de tal modo se ponen en interacción el conocer y el hacer, y la preparación impacta más en el trabajo de aula. Esta formación activa incluye la participación en eventos académicos, publicaciones e intercambios profesionales. También se plantea, junto con la actualización de conocimientos sobre la propia área profesional, el estudio crítico de los contextos educativos, lo cual puede permitir al docente ubicar su acción en la compleja realidad donde ella se desarrolla, y laborar con más acierto hacia el avance de la escuela

La aprobación de cada programa equivale a un grado académico, de especialización, maestría y doctorado, respectivamente. Se prevé la participación de las universidades en su diseño y desarrollo, resultarán gratuitos y se garantizarán -afirma la propuesta- las condiciones para que puedan ser cursados por todas y todos los docentes: lograrlo sería un gran progreso

Sin embargo, es exagerado exigir la aprobación del Programa I para obtener la titularidad como Docente I. Bastaría para ello el título de pregrado, dejando aquel requisito para ascender a Docente II

Aurora Lacueva  

Educadora

lacuevat@hotmail.com

/N.A

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