Opinión

Diálogo y ladrido

Van a diálogo, sin más remedio, derrotados, entrampados en sus propias trampas, van a regañadientes, pero van, y mientras estén ahí, gana la paz y ganamos todos

“Si yo fuera venezolano, no iría al diálogo”, dice, echado en su alfombrita, el perrito, -perdón- el canciller peruano. Almagro también ladró, porque eso de que hablando se entienda la gente no le agrada al amo y, por supuesto, a Almagro tampoco. Así, a ladridos, sus aliados internacionales profundizan la fractura de la oposición.

Hoy la oposición se divide en dos bloquecitos: los que van al diálogo y los que no. Estos, a su vez, se subdividen en dialogantes electorales, dialogantes abstencionistas, dialogantes abstencionistas que van a elecciones con tarjetas alquiladas de partidos que ni fu ni fa, los que ¡no es no!, los calle y más calle sin retorno, pero que no salen ni a la esquina, los que saldrian pero no hay quien los acompañe… y Julio Borges, retratándose con todos: un día con Juana la Loca, que ahora dice que “Ella es Venezuela”; y el otro, empujando para subirse al avión que los llevará a Dominicana.

Un avión atapuzado, por cierto: empresarios con voz democrática de Fedecámaras -¡Te queremos Pedro!-, expertos mediadores -graduados en Harvard y tal-, que no han sabido mediar entre las partes irreconciliables de aquello que se llamó La MUD, influencers, opinadores, distinguidos representantes de la sociedad civil… Todos, con vocación de monólogo, llevan al diálogo sus exigencias innegociables, o sí o sí, o no es no. Así son…

Su bandera: un “canal humanitario”, para que nos traigan al país los alimentos y las medicinas que las sanciones económicas que promovieron ellos mismos, no nos permiten comprar. Un canal humanitario que, inevitablemente, nos remite a Libia, hoy convertida en un mercado de esclavos que opera sobre los escombros de aquel país. Canal humanitario, el nuevo eufemismo para la intervención internacional y el despojo de la soberanía.

El canal humanitario y “elecciones libres”, no como las de 2015, con ese CNE chavista, cuando la oposición ganó la mayoría de la Asamblea Nacional. Y nada de adelantarlas, como exigían el año pasado, antes de los revolcones electorales que sufrieron este año. Antes del revolcón del próximo domingo.

Van a diálogo, sin más remedio, derrotados, entrampados en sus propias trampas, van a regañadientes, pero van, y mientras estén ahí, gana la paz y ganamos todos, incuso los que están furiosos con los que fueron a dialogar.

@Tongorocho

Articulos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button