Desinformar informando
Lo que sí no tiene lógica es que los medios del Estado que se autodefine como socialista, se permitan promover, apoyar, defender o naturalizar los mismos valores neoliberales
Es normal para el chavismo que se acepte que los medios de oposición al Gobierno mientan, tergiversen o simplemente silencien.
Un buen ejemplo del accionar de los medios opositores es lo que recién sucedió en Argentina. Allá los grupos empresariales, como Clarín, manejan todos los medios de difusión, violentando incluso la ley que prohíbe el monopolio y la cartelización. El Estado no tiene fuerza, no cuenta con medios propios, y son casi inexistentes los medios que expresen la voz del pueblo o cuando menos la de los colectivos.
Caso muy diferente al de Venezuela donde existen tres bloques claramente definidos: medios privados (verdaderos consorcios –televisoras, radios, periódicos, disqueras, cableras, manejadoras de redes sociales, empresas promotoras de espectáculos, agencias de publicidad, productoras de contenidos publicitarios y propagandístico- y cuyo planteamiento es totalmente y abiertamente neoliberal, se podría decir orgullosamente capitalista depredador); le sigue el bloque del Estado, con dos cadenas importantes de emisoras de radio, varios canales de televisión, y una serie de periódicos (uno nacional o el resto regionales) a las que podría sumársele una experiencia multinacional (Telesur) y una radio que aspira a trascender las fronteras (Radio del Sur); finalmente, están unos 450 medios alternativos y/o comunitarios que tienen su propio instrumento jurídico recién remozado.
Los medios de la burguesía tienen su labor ideologizante definitivamente clara: no sólo deben vendernos un bien o un servicio, deben mostrar de todas las maneras posibles que el único modo de vida aceptable y real es aquel donde lo importante sea consumir y tener, donde se los derechos del individuo estén por encima del colectivo, donde sea válido aprovechar cualquier ventaja para ganar prestigio, status, capacidad económica, y se haga realidad el refrán que dice “cada día sale al mundo un venado, el que lo agarre es suyo”. Y esto es lógico.
Lo que sí no tiene lógica es que los medios del Estado que se autodefine como socialista, se permitan promover, apoyar, defender o naturalizar los mismos valores neoliberales.
Esta semana, hemos estado siguiendo el caso del diario del Estado que tiene cobertura nacional: el Correo del Orinoco. El tema en cuestión que llamó la atención fue la respuesta popular a los resultados de las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre. Esos casi seis millones de personas que apoyan al gobierno socialista decidieron moverse, y comenzaron una serie de acciones que los medios neoliberales, como es lógico, menospreciaron o, simplemente, callaron, o invisibilizaron.
Las televisoras y radios del Estado empezaron a mostrarlos, a hacer seguimiento, incluso transmisiones en vivo… la gente se movió a Miraflores, el presidente Maduro y su equipo, les abrió la puerta y comenzó a fraguarse de inmediato el Consejo Presidencial del Poder Popular. Se conformaron doce equipos, una docena de grupos de trabajo, y las conversaciones se extendieron hasta la madrugada. Iniciaron una consulta nacional y empezaron a surgir propuestas que llevan a la toma de decisiones y el surgimiento de lineamientos políticos para profundizar nuestra visión sociopolítica. Luego se instaló el Parlamento Comunal. Una semana de mucha agitación.
Y ¿qué hizo el Correo del Orinoco? La propia directora del medio, Vanessa Davies, escribió al día siguiente el trabajo de portada, que inauguró un cambio de imagen del medio: un gran reportaje en lugar de una o dos grandes fotos. Lo interesante es que todo el texto informa de las palabras del presidente Maduro sobre las tres R, pero obvia, invisibiliza lo relacionado con el Poder Popular organizándose, proponiendo, peleando y hasta denunciando.
Le hicimos entonces un seguimiento y durante toda la semana, el periódico publica una nota con algunas palabras de Diosdado Cabello el día de la instalación del Parlamento Comunal, no muy esclarecedoras, y luego una reseña de la oposición atacando esa figura legislativa.
De resto, silencio. Ni un solo trabajo explicando que es el Consejo Presidencial del Poder Popular y, mucho menos sobre el Parlamento Comunal. Siete días donde se desinforma haciendo haciendo ver que se informa.
Pareciera que la línea editorial del Correo del Orinoco desdeña el valor de las vocerías, y sólo cree en los personajes con cargos públicos en el gabinete. Pero, además, sólo reseña la visión de la adjudicación de “culpas”, y no promueve el creciente movimiento de las comunidades organizadas, de los colectivos trabajando, y del marco legal que respalda unos hechos inéditos que se deben hacer visibles con fuerza porque de nuevo estamos haciendo historia en Venezuela, en América y en el mundo.
De lo expuesto, una conclusión: es hora de establecer líneas de información/formación donde los medios del Estado asuman cohesionada y coherentemente el reto de mostrar experiencias, aglutinar esfuerzos y servir como plataforma para sustentar la profundización socialista ante la inminente batalla que va a dar la derecha y el neoliberalismo. Ya basta de desinformar informando.