Del chavismo de Chávez a la madurez de Maduro
A veces son los árboles los que no dejan ver el bosque. Maduro tiene mucho de Chávez, pero esta elección se ha transformado en una oportunidad para ver más allá del bosque de la revolución bolivariana, y para comprender, en Maduro, algo que va más allá del chavismo. Ese más allá es la perspectiva de protección y modernización que el Presidente ha puesto en marcha para Venezuela.
La oposición ha tratado de construir despectivamente la imagen de Maduro como la de un hombre del pueblo, y por tanto ignorante, y por tanto poca cosa. Pero Maduro ha demostrado durante su Gobierno que, en efecto, es un hombre del pueblo, y que, por tanto, es un hombre que entiende que el principal desafío es el bienestar de la gente, y que, por tanto, también entiende, que ese bienestar depende de la modernización y del desarrollo del país.
Modernizar Venezuela es el camino que, para Maduro, toma la protección de su pueblo. Y ha puesto al servicio de las políticas públicas y de la democracia, avances tecnológicos de punta, que han permitido limitar la corrupción, y responder con eficiencia a la crisis a la que las fuerzas oscuras de siempre intentan empujar a nuestro país. Por eso es que la implementación del carnet de la patria, se ha convertido en un símbolo de resistencia y de eficiencia. Porque lo que no puede soportar la derecha es como, la izquierda de Chávez y de Maduro, la izquierda progresista, le demuestran permanentemente, a Venezuela y al mundo, su capacidad de gobernar y administrar, con eficiencia y tecnología, un Estado moderno para todas y todos.
Cuando el mascarón de proa es el pueblo, el sentido de la modernización y de la eficiencia en la administración del Estado, es el bienestar de la gente. Este es el giro copernicano con el que la administración de Maduro está revolucionando lo que en todo el mundo se entiende por modernización del Estado. Porque lo que para algunos son gastos y costos sociales, para nosotros es invertir en la gente. Eso fue Chávez y eso es Maduro. Esa es nuestra revolución. Una que ha sabido poner el Estado al servicio del bienestar del pueblo.