Cupos universitarios

Ojalá el debate sobre el acceso a la educación universitaria gratuita pudiera flexibilizarse y encontrar puntos de consenso en el conjunto de la sociedad

Ojalá el debate sobre el acceso a la educación universitaria gratuita pudiera flexibilizarse y encontrar puntos de consenso en el conjunto de la sociedad. Es negativo que las posiciones se polaricen muy rápido y se cierren a la consideración de todas las facetas de un tema complejo. Nuestra sociedad es todavía muy desigual, y no gozan de las mismas condiciones de vida todas y todos sus habitantes: pretender que compitan en los mismos términos para la entrada a la universidad pública, lo que hace es contribuir a profundizar las desigualdades y a consolidarlas en el tiempo. Las y los jóvenes bachilleres de familias campesinas o de las barriadas urbanas han debido superar más obstáculos para graduarse, quizás sus calificaciones o los conocimientos que hayan logrado adquirir hasta ese momento no se equiparen, en muchos casos, a los que hayan alcanzado estudiantes igual de talentosos de sectores más favorecidos. Pero hace falta su presencia en las universidades, en un porcentaje acorde con su peso social, para abrir canales de avance a las clases más explotadas u oprimidas. Tomar en cuenta en alguna medida la situación socioeconómica permite que llegue la oportunidad de preparación profesional y de ampliación de la base cultural hasta donde antes no había llegado suficientemente. Y ello contribuye a un país más equilibrado y dinámico, donde más gente, de diversa procedencia y perspectivas, se ha formado y aporta sus capacidades a la construcción nacional. 

El Gobierno ha hecho el esfuerzo de ampliar la oferta de cupos y de extenderla por nuestra geografía: hoy existen instituciones públicas de educación de tercer nivel a lo largo y ancho del país. Entonces, priorizar -como se quiere hacer- a quienes escojan universidades cercanas a su localidad es un modo de fortalecer el arraigo: nada ganamos con que los jóvenes estudiantes abandonen su región, que los necesita para progresar. La decisión de quién puede disfrutar de educación de tercer nivel gratuita, pagada por el pueblo de Venezuela, debe tomar en cuenta factores como los mencionados. Pero no solo ellos, por supuesto. El rendimiento en la educación media es muy importante, y los liceos públicos deben fortalecerse y trabajar mejor en beneficio de su alumnado. 

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/N.A