Opinión

Cultura contra bachaqueo

En pleno corazón económico de Petare, en los alrededores de la redoma y en su vertiente hacia Maca, conviven hoy de manera yuxtapuesta los factores más emblemáticos de la confrontación ideológica por la que transita el país desde hace más de tres lustros

En pleno corazón económico de Petare, en los alrededores de la redoma y en su vertiente hacia Maca, conviven hoy de manera yuxtapuesta los factores más emblemáticos de la confrontación ideológica por la que transita el país desde hace más de tres lustros. 

En las calles es virtualmente imposible alcanzar a ver el piso entre la anárquica turbamulta de timbiriches de bachaquería, mercachifles de toda pelambre, compradores desesperados, mototaxistas arbitrarios, camioneteros del abuso y pobladores de resignación infinita, ninguno de los cuales refleja en modo alguno en su rostro expresión de complacencia con el tumulto que ya pareciera formar parte inexorable de sus vidas.

El bachaqueo se impuso en toda esa zona como si de un demencial territorio liberado se tratara, para ponerse al servicio de una distorsión socioeconómica que deriva directamente de dos factores: por un lado, los bajos precios de los productos regulados, de los cuales se aprovecha el bachaqueo para llevar a cabo su perverso negocio; y por el otro, la inmoral usura que, gracias a un consumismo voraz sembrado en la sociedad por el capitalismo, persigue destruir la capacidad adquisitiva del venezolano y adueñarse del bienestar económico que con tanto esfuerzo la revolución bolivariana ha construido.

De manera sorprendente, la hacienda El Toboso se erige como un oasis en medio de ese degradante muladar capitalista para dar paso a un escenario de paz en el que Tito Salas diera vida a su obra inmortal y que hoy la revolución bolivariana reactiva a través del valioso e incansable esfuerzo de un excepcional equipo de cultores populares al frente del cual se encuentra la infatigable promotora y amiga de la cultura nacional Natacha Castillo.

Una muestra más del inmenso trabajo de rescate de nuestros auténticos valores culturales, así como de refacción a fondo de toda una inapreciable infraestructura que el capitalismo abandonara como expresión de su desprecio por nuestra identidad como pueblo.

Son dos concepciones y dos modelos los que se enfrentan hoy en Petare: el capitalismo salvaje que promueve el bachaqueo usurero y especulador, y el socialismo bolivariano profundamente humanista y redentor de lo nuestro, con base en la paz, la cultura y la justicia social.

@soyaranguibel

/N.A

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