Opinión

¿Cuál es el escándalo?

Luego de casi cuatro décadas desde que aparecieron las primeras denuncias sobre los inmensos negociados que se hacen bajo cuerda en el mundo del deporte, aparecen ahora los noticieros del mundo entero abarrotados con el escándalo de la Fifa y la supuesta corrupción que ahí habría sido develada a instancias de un tribunal especial de los Estados Unidos de Norteamérica

Luego de casi cuatro décadas desde que aparecieron las primeras denuncias sobre los inmensos negociados que se hacen bajo cuerda en el mundo del deporte, aparecen ahora los noticieros del mundo entero abarrotados con el escándalo de la Fifa y la supuesta corrupción que ahí habría sido develada a instancias de un tribunal especial de los Estados Unidos de Norteamérica.

Una veintena de funcionarios del organismo han sido detenidos hasta ahora imputados por corrupción, que va desde pagos por el favorecimiento de posiciones en los espacios para anunciantes, hasta la manipulación en las listas de países aspirantes a ser sede de competencias olímpicas, pasando por el negociado preferencial de concesiones para la transmisión de juegos por los medios de comunicación (quizás el más apetecido negocio de la torta), entre otros.

Hace apenas unos dos años, la hija de unos de los directivos de la Fifa en Brasil, recientemente detenido, reconocía ante los medios de comunicación que su padre sí había recibido dinero para gestionar favores pero que eso “ya había dejado de hacerlo”, dando a entender lo banal que para ellos es el asunto de las comisiones.

Dos de las más grandes firmas anunciantes del deporte, como Nike y Coca-Cola, declaran mediante comunicado público que si no se subsanan las irregularidades en el organismo retirarán su inversión publicitaria en los juegos. Ninguna de las dos firmas (ni ninguna otra de las anunciantes en los eventos deportivos) explica que el gran negocio del deporte hoy en día se debe a la inmensa inversión que hacen los anunciantes en ese medio, basado fundamentalmente en las cuantiosas comisiones que reciben las agencias de publicidad por manejar esas cuentas.

La comisión en el capitalismo es la base de todo negocio y de toda corrupción. No existe contrato en el mundo capitalista que no esté mediado por esa figura sobre la que se apoyan cientos de miles de empresas consultoras, agencias de publicidad, oficinas de lobby, medios de comunicación impresos o radioeléctricos, así como de Internet.

La solución al negociado de comisiones que tanta corrupción genera, no solo en el mundo deportivo sino en el mundo entero, no es detener a un grupo de decrépitos funcionarios. Lo que hay que detener es el capitalismo.

@soyaranguibel

/N.A

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